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Henry moldea la furia de Lukaku

El goleador belga ha mejorado su juego sin balón gracias al exdelantero francés, hoy entrenador

Juan I. Irigoyen
Lukaku celebra el triunfo de Bélgica ante Japón.
Lukaku celebra el triunfo de Bélgica ante Japón.Hassan Ammar (AP)

El contragolpe lo administró De Bryune. La asistencia fue de Meunier. Los flashes se los llevó Chadli, autor del gol que selló la remontada histórica de Bélgica ante Japón (3-2) en Rostov en el minuto 94. Hubo, sin embargo, un futbolista invisiblemente visible en todo el eléctrico contraataque de los Diablos Rojos: Romelu Lukaku. El delantero del Manchester United, de 25 años, primero arrastró la marca de dos defensas nipones, después levantó la pierna derecha para dejar pasar el balón y que Chadli solo tuviera que empujarlo a la red. Una lección de cómo jugar sin pelota, alumno aventajado de un maestro del juego al espacio como Thierry Henry, exdelantero francés, hoy segundo entrenador de Roberto Martínez.

Henry junto a Vermaelen en el entrenamiento de Bélgica.
Henry junto a Vermaelen en el entrenamiento de Bélgica. BRUNO FAHY (GTRES)

Hasta que el técnico catalán tomó el mando de Bélgica en 2016, Lukaku tenía una media goleadora de 0,33 tantos por partido (17 en 51). Desde entonces, la ha prácticamente cuadriplicado: 1,1 (23 en 21). “Vamos a tener que desarrollar una parte de su juego que tal vez las personas hayan cuestionado en el pasado: ¿puede jugar en el último tercio del campo cuando el rival se encierra? ¿Puede leer los espacios para jugar sin el balón?”, cuestionó Henry cuando asumió sus funciones. “Va a ser un gran cambio para Lukaku. Yo no era el mismo jugador con 24 años que con 28. Y te puedo asegurar una cosa, es un estudioso del juego, además se esfuerza al 100%”, completó.

Lukaku no le podía fallar a su ídolo. “Estoy aprendiendo de Henry todos los días. Estoy con la leyenda, en carne y hueso. Me cuenta cómo atacar el espacio como él solía hacerlo. Puede ser la única persona en el mundo que ve más partidos que yo. Lo debatimos todo. Nos sentamos y debatimos sobre la segunda división de Alemania”, confesó Lukaku.

Hoy disfruta con Henry todos los días en el Complejo de Deportes de Guchkovo, a 30 kilometros de Moscú, donde los Diablos Rojos tienen su centro de operaciones. Antes, sin embargo, ni siquiera lo podía ver por televisión. “Cuando era pequeño”, relata Lukaku para The Players’ Tribune, “¡no podíamos ni ver a Thierry Henry en The Match of the Day! Un día nos quedamos sin luz, otro sin agua caliente y, al final, sin la tele”. El delantero del United se desnuda sin rencor, pero con orgullo. Una carta abierta en la que enseña toda su furia. Una historia de superación, como tantas otras en el fútbol, pero también de una extraordinaria convicción de que se convertiría en el dueño de su destino.

“Solíamos comer pan y leche. Un día entré a la cocina y vi que mi mamá estaba mezclando la leche con agua. Tenía que durarnos toda la semana. No éramos solamente pobres, estábamos quebrados”, recuerda Lukaku.

A la edad en la que la mayoría de los niños saltan de los juegos a los sueños, a Lukaku le pegó un trompazo la realidad. Tenía seis años. No lo olvidó jamás. Entonces, se dio cuenta de que la pelota ya nunca más sería un juguete. “Cada partido que jugué fue una final. En el parque, era una final. En el colegio, era una final”. A los 16 años se estrenó en la primera plantilla del Anderlecht. El resto, ya se sabe. Un delantero total, debilidad absoluta de Mourinho. “Soy su sargento en el campo”, asume Lukaku.

“A las personas en el fútbol les encanta hablar sobre la fuerza mental. Bueno, soy el tipo más fuerte que alguna vez conocerás. Porque recuerdo estar sentado en la oscuridad con mi hermano y mi madre, decir nuestras oraciones, y pensar, creer, saber ... esto va a suceder”, insiste Lukaku.

Sucedió. “No quiero ser un buen delantero ni un goleador. Quiero ser el mejor jugador en la historia de Bélgica”, subraya.

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Sobre la firma

Juan I. Irigoyen
Redactor especializado en el FC Barcelona y fútbol sudamericano. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Ha cubierto Mundial de fútbol, Copa América y Champions Femenina. Es licenciado en ADE, MBA en la Universidad Católica Argentina y Máster de Periodismo BCN-NY en la Universitat de Barcelona, en la que es profesor de Periodismo Deportivo.

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