Consecuencias de la abstención
Se han ido al traste 40 años de hegemonía socialista en Andalucía y, como es habitual, nadie tiene la culpa porque la victoria tiene cien padres y la derrota es huérfana. En estos 40 años de democracia, y a pesar de que la Constitución esté de largo en plena celebración, ocurre que cada vez tenemos más pereza para depositar el disputado voto en la urna de turno. Así, hemos sido testigos de cómo casi la mitad del censo electoral andaluz se ha quedado en el sofá de casa, convencidos de que nada va a cambiar, pensando que su voto no influirá en el resultado final. Sin embargo, resulta insultante al menos para quienes lucharon para que podamos ejercer el derecho al voto el hecho de no mostrar el más mínimo interés de participar en esa fiesta que llamamos democracia y donde a veces irrumpen partidos con mensajes peligrosos.
Juan Fernando Ramón Sánchez. Torremayor (Badajoz)
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