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El no ya lo tienes
Columna
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Arévalo, angelico

Sus palabras estaban llenas de ternura y no había malicia ninguna, pero ya se sabe que la gente es más mala que el baladre y muchos concluyeron que su intención era tirar la caña

El humorista Francisco Arévalo durante la Feria de San Isidro en Madrid, en mayo.
El humorista Francisco Arévalo durante la Feria de San Isidro en Madrid, en mayo.gtresonline

Me recuerdo cuando era un infante tardes enteras rebobinando a mano mis casetes. Lo hacía con un boli, introduciéndolo por uno de los agujeros de la cinta y girándolo después enérgicamente. Normalmente, utilizaba un Bic, ¿se acuerdan?: Bic naranja rebobinaba fino, Bic cristal rebobinaba normal. Cuando terminaba con una de las caras, le daba la vuelta a la cinta y continuaba con la otra. Así tengo las dos rebobinadas, pensaba.

En mi colección había muchas grabaciones de humoristas; cuentachistes en su mayoría, aunque también se colaba Pedro Reyes, narrador de unas historias absurdas y desconcertantes a partes iguales. Me reía mucho con él, si bien no entendía casi nada, además, ¿por qué ser original, pudiendo contar chistes de mariquitas y gangosos?

El rey en cantidad y calidad era sin lugar a dudas Arévalo, famosísimo a ambos lados del charco. No obstante, en la Miami anticastrista lo guarachaban cosa bárbara con sus casetes, como recientemente ha contado el mismo en Twitter.

Precisamente el cómico ha sido noticia en la última semana por culpa de un mensaje que, dirigido a Jenifer Lopez, publicó en la citada red social. Sus palabras estaban llenas de ternura y no había malicia ninguna, pero ya se sabe que la gente es más mala que el baladre y muchos concluyeron que su intención era tirar la caña, como suele decirse. El propio Arévalo intentó justificarse en sucesivos mensajes, pero terminó haciéndose batiburrillo… Pobrecico, son muchas cosas.

Con mi comprensión puede contar, porque soy consciente de que los humoristas envejecemos regular y llega el día en que las muecas y las bromas que antes eran infalibles y provocaban risotadas, se convierten en algo vacío y estéril, y solo queda evocar los buenos tiempos.

Aunque puede que me esté precipitando y no sea este el caso de Arévalo, ¡hombre! Él sigue teniendo la mente preclara, como demuestra que vaya a participar en un acto de VOX.

Quizá para él lo mejor esté por llegar.

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