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El brutalismo invade Instagram, pero este libro demuestra que aún hay edificios por descubrir La corriente instagramera que ha convertido a este estilo arquitectónico en la nueva panacea del me gusta , no impide que aún se sigan descubriendo edificaciones maravillosas construidas en hormigón como estas Cada uno de los nueve pisos de esta sinuosa edificación está dividido en cuatro cuadrantes para albergar a los pacientes de un hospital, una especie de 'barrios' de 10 camas cada uno, construidos alrededor de la enfermería. Eso en cuanto al interior, porque el exterior es otra película: filas de ventanas ovulares, ondulaciones que refuerzan la sensación de tridimensionalidad y una estructura de hormigón armado que pretende estar a salvo de terremotos –a pesar de la apariencia vulnerable que se desprende de los finos pilares de la base–. Se encuentra en la ciudad portuaria de Tacoma, en Washington (EE UU). Las simetrías, los reflejos y las repeticiones suelen funcionan bastante bien en las fotos. Por eso, esta estructura circular que hunde sus cimientos en el río en la ciudad ucraniana de Dnipro es la excusa perfecta para preparar la cámara, hacer del horizonte una línea que corte en dos mitades la imagen y apretar el disparador. Con muros de cemento y generosos ventanales, esta obra del arquitecto Oscar Grigorievich alberga un café conectado con la orilla a través de un puente. Todo en este “monumento a la espiritualidad”, tal como lo describen en la web del arquitecto canadiense Douglas Cardinal (1934), tiene una razón de ser. Diseñada con música de Bach de fondo, la obra rescata “ideas de las primeras reuniones cristianas, antes de que la basílica en forma de cruz latina fuese creada”. El techo ondulado mejora la acústica del lugar y hace que no se necesiten micrófonos para conducir la misa, mientras que un gran óculo sobre el altar dirige la luz natural como un símbolo de lo divino. Solo por verla (y fotografiarla) merece la pena el viaje hasta Alberta, Canadá. En este caso, el hormigón cede el protagonismo a otro de los materiales destacados del brutalismo: el cristal. Uno de los aspectos que más llama la atención de este edificio proyectado por el arquitecto indio –naturalizado suizo– Jack Vicajee Bertoli es, precisamente, la sucesión de vidrios teñidos de naranja, azul y rosa. Con ello se crea un curioso efecto visual, ya que la fachada parece dar cuenta de un atardecer espectacular a cualquier hora del día. Apodado el Tulipán, la construcción acoge una fundación suiza para la investigación médica en la ciudad de Ginebra. Ni los aparcamientos se libran de caer en las garras del brutalismo. La (fascinante) prueba de ello es esta construcción emplazada en la localidad del norte de Francia Noisy-Le-Grand. Cuatro niveles compuestos por pistas helicoidales dan forma a esta estructura proyectada a las afueras de esta ciudad-comuna, que es más interesante vacía que repleta de coches. Este auditorio, destinado a la celebración de conferencias y conciertos, es una de las construcciones más icónicas del campus de la Universidad de York (North Yorkshire, Reino Unido). Esta estructura de hormigón levantada a orillas de un lago artificial, y que recuerda a un octágono partido por la mitad, puede albergar hasta a 1.190 personas, aunque en la actualidad está siendo reformada: se estima que, en enero de 2019, contará con nuevas cristaleras, asientos, sistemas audiovisuales y hasta aire acondicionado. Esta apabullante construcción proyectada por el arquitecto austriaco Hans Hollein (1934-2014) presenta una superficie interior de placas de metal dorado que recubren el 'cono' cuando reciben la luz del sol. El complejo, un parque temático sobre volcanes y creación terrestre, se sitúa a una altura de 1.000 metros en la región francesa de Auvergne y cuenta con numerosos elementos simbólicos. Sin ir más lejos, el propio ‘cono’ representa un volcán más en un enclave de gran actividad sísmica en épocas pasadas (de hecho, se empleó roca volcánica para revestir sus paredes). Le acompaña una simulación de cráter que se adentra en la superficie, recordando al 'Viaje al centro de la tierra imaginado' por Julio Verne o el descenso a los infiernos de Dante. "Una investigación exhaustiva y una celebración visual de la estética brutalista". Así definen desde la editorial Phaidon el libro 'Atlas of Brutalist Architecture'. En el volumen se encuentra una selección de fotografías en blanco y negro de 878 edificios repartidos por nueve regiones del mundo. Una prueba sobradamente documentada de que este estilo de construcciones sólidas –muchas de ellas de hormigón armado– tuvieron y tienen un uso social o cultural y hoy son objeto de deseo para cazar 'me gusta' en una red social.