_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Escenas de cacería en el bosque

Cada vez son más frecuentes las escenas sangrientas en la selva del mundo desgobernado por Trump

Lluís Bassets
Activistas disfrazados de Bin Salmán y Trump, el viernes en Washington.
Activistas disfrazados de Bin Salmán y Trump, el viernes en Washington.LEAH MILLIS (REUTERS)

En la selva, donde rige la ley del más fuerte, los mayores depredadores exhiben los despojos sanguinolentos de sus víctimas. En la saña con que destrozan el cuerpo de sus presas proclaman la fuerza sin límites de sus fauces y sus garras. En el pavor que reverbera hasta los últimos rincones del bosque se cifra el homenaje de sus habitantes temblorosos y obedientes.

El mundo sin ley es la guerra de todos contra todos, equivalente al estado de naturaleza, la selva donde impera la voluntad del más fuerte. Gusta a quienes se sienten suficientemente poderosos como para sobrevivir, e incluso imponerse, como es el caso de Donald Trump, que se encaramó hasta la máxima magistratura sobre una montaña de fraudes y mentiras y comprende y simpatiza con las fieras que también han alcanzado el poder, aunque sea sobre una montaña de cadáveres.

Cada vez son más frecuentes las escenas sangrientas de cacería en la selva del mundo desgobernado. Jamal Khashoggi ha sido la última víctima, en manos del depredador más joven y feroz, el joven príncipe y carnicero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salmán. La anterior fue Sergei Skripal, el espía ruso traidor, atacado con veneno por los sicarios del Kremlin. No hay que olvidar al hermano de Kim Jong-un, el líder de Corea del Norte, el desgraciado Kim Jong-nam, liquidado en Malasia con el agente nervioso VX, una potente arma química. Tampoco hay que desatender al destino misterioso de Meng Hongwei, probablemente trágico, el exdirector chino de Interpol llamado a capítulo a Pekín y desaparecido en el chupadero de Xi Jinping.

Trump no tiene la culpa. Insulta y amenaza a la prensa, le ríe las gracias a quienes golpean a los periodistas, como Gerg Gianforte, un congresista republicano de Montana, que agredió a un reportero del diario británico The Guardian. Pero él no hace esas cosas. Las hacen sus amigos, los tipos a los que admira y a los que elogia y protege, como Mohamed bin Salmán, Vladímir Putin, Kim Jong-un y Xi Jinping. Son muchos más los que las hacen y hacen muchas más, que ni siquiera merecen la atención presidencial: una cosa es el escarmiento público y otra distinta es el crimen que requiere silencio.

Bin Salman en Yemen, Putin en Ucrania y en Siria, Kim Jong-un en su propio país, Xi Jinping en Tibet y en Xingjiang, superan en crueldad y devastación a las escenas singulares de cacería en el bosque del desorden internacional presidido por Trump, el líder del mundo libre. A fin de cuentas, él se siente como pez en el agua, es decir, como la mayor fiera entre las otras fieras.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_