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Por qué Meghan Markle cierra la puerta de su coche y nos sigue sorprendiendo

La duquesa de Sussex rompe el estricto protocolo de la familia real británica en su primer acto oficial en solitario

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Este 25 de septiembre se ha cumplido un año exacto de la primera aparición pública del príncipe Enrique y Meghan Markle como pareja. Aquello ocurría durante los Juegos Invictus que se celebraban en Toronto (Canadá) y en estos 365 días han pasado no pocas cosas para ambos. Para muestra, lo que ocurría anoche, un año después de aquella aparición que supuso la confirmación de un romance que acabó en boda: Markle, convertida ya en duquesa de Sussex y miembro bien integrado de la familia real británica, acudía a su primer acto en solitario. 

Sin embargo, la inauguración de la exposición Oceania en la Royal Academy de Londres —la más extensa sobre ese continente que se ha realizado jamás en Reino Unido— no ha sido lo que más ha llamado la atención de esta aparición, en la que la duquesa ha acudido de negro y de su marca fetiche, Givenchy, de la que también fue ataviada el día de su boda. En este caso, la duquesa optó por un vestido negro a media pierna con un precio de 2.700 euros. El detalle más curioso de la velada ocurrió antes de la inauguración. Entonces, cuando Markle llegaba a la Academia y bajaba del vehículo negro que la transportaba para ser recibida por el Lord Teniente del Gran Londres, Sir Kenneth Olisa, cerró ella misma la puerta del coche.

Ese detalle, aunque menor, no es nada común para los miembros de la familia real británica, con unas normas protocolarias tremendamente estrictas. La exactriz y ahora duquesa, que ha empezado a formar parte de tan refinada familia hace poco más de cuatro meses, está más acostumbrada a cerrarse la puerta del coche que a que se la cierren y ese hecho, acompañado de que no había ningún miembro de protocolo lo suficientemente cerca como para ser más rápido que ella y dar el consabido empujón, ha hecho que Markle realizara ese sencillo movimiento sin más miramientos.

Sin embargo, ese gesto poco común sigue sorprendiendo, también gracias a la soltura y la naturalidad con la que se maneja Meghan pese a llevar tan poco tiempo en el cargo (pero sí mucho delante de las cámaras y acostumbrada a los focos). Este detalle ha llamado poderosamente la atención, especialmente en el Reino Unido. Allí, muchos de los corresponsales dedicados a la familia real han tuiteado el momento o lo han mencionado en sus redes sociales. "Una princesa que todavía cierra la puerta de su coche. ¡Bien hecho, Meghan!", se sorprendía Emily Andrews, la periodista de The Sun especializada en los Windsor. Medios estadounidenses como People se han sorprendido por el gesto. 

Este pequeño detalle o desliz protocolario no ha sido el primero: en su momento sorprendió también por llevar bolsos cruzados, algo que no es costumbre en la familia real, pero que a ella le daba libertad de movimientos y manos para poder saludar con más facilidad; o también por besar y abrazar en vez de dar la mano; o por firmar autógrafos, prohibidos en la familia real por temor a las reventas. Y ni que decir que ya en su boda se saltó el protocolo al llegar sola (y luego del brazo de Carlos de Inglaterra) hasta el altar.

Sin embargo, aunque el momento ha llamado más la atención por tratarse de un acto en solitario de la duquesa y de corte formal, no es la primera vez que Markle cierra la puerta de su propio coche: hizo lo mismo hace pocos días cuando acudió a la presentación de un libro de cocina junto a su esposo, el príncipe Enrique, y su madre, Doria Ragland, en el acto en el que dio su primer discurso. Así que es más que probable que esta no sea la última vez que Markle sorprenda por pequeños pero curiosos gestos cargados de simbolismo. 

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