El cineasta Kevin Smith pierde 23 kilos en solo seis meses para salvar su vida
El creador de 'Clerks' y uno de los referentes del cine independiente de los noventa relata cómo ha superado la situación
Kevin Smith (EE. UU., 1970) tenía solo 24 años cuando pasó del anonimato a convertirse en un adalid del cine independiente estadounidense. Era 1994 y endeudarse para realizar Clerks le pareció una gran idea. Fue su debut tanto detrás de las cámaras (era el director de la cinta), como frente a ellas (interpretó al hoy mítico Bob El Silencioso). El que no se arriesga no gana: la jugada le salió redonda y Clerks ha terminado alcanzando la condición de película generacional. Tras ella firmó otros éxitos independientes como Mallrats (1995), Persiguiendo a Amy (1997) o Dogma (1999).
“Si no hubiera cancelado el segundo espectáculo para ir al hospital hubiera muerto esa noche”
Durante la década de los noventa, su sobrepeso –además de una gorra echada hacia atrás y una gabardina oscura que le llegaba hasta los pies– se convirtió en seña de identidad física del cineasta. En los 2000 Smith descuidó en el aspecto físico (llegó a pesar 116 kilos) al mismo tiempo que su carrera como director decaía. En los útimos tiempos, Smith sigue haciendo películas (sobre todo de terror), es propietario de una tienda de cómics en Nueva York y se pasea por teatros haciendo exitosos monólogos de humor.
Hasta que llegó el pasado 25 de febrero. Estaba ofreciendo uno de sus monólogos en Los Ángeles. Tenía dos pases. Durante el primero se sintió mal, pero aguantó. En el camerino, mientras esperaba para el siguiente pase, sintió náuseas, vomitó y empezó a sudar de manera profusa. Se planteó salir al escenario, pero en el último momento decidió acudir al hospital. Diagnóstico: infarto al corazón. Tenía la arteria coronaria izquierda bloqueada totalmente. "Si no hubiera cancelado el segundo espectáculo para ir al hospital hubiera muerto esa noche", dijo.
"Hace seis meses estaba en el hospital recuperándome de un ataque al corazón. En ese momento mi doctor me dijo: 'Si no quieres volver a tener otro infarto lo mejor que puedes hacer es perder por lo menos 20 kilos'. Medio año después puedo decir que peso 93 kilos. ¡No estoy tan delgado desde el instituto!", ha confesado el director de cine en su cuenta de Instagram. Ante el millón y medio de personas que le siguen en la red social ha asegurado también que no quiere quedarse ahí y su objetivo es rebajar cinco kilos más para establecerse en los 88 kilos, peso que considera ideal.
No tener que volver a pisar un hospital se ha convertido en la principal motivación de Smith para perder lo que suma un total de 27 kilos. “No se trata de seguir un régimen puntual. He conseguido resultados a base de cambiar completamente mi forma de alimentarme. Ahora mi dieta está formada por alimentos de origen vegetal. Y ha sido difícil: odio las verduras”, explica. Pero, sobre todo, lo que le ha ayudado a emprender esta transformación han sido el ánimo y las palabras de aliento que ha recibido durante los pasados meses.
“Nunca subestimes el poder de los comentarios positivos. La gente que me decía que me veía mejor o más saludable me ayudó a seguir adelante y no rendirme. Una palabra alentadora realmente puede marcar la diferencia en la vida de alguien. Vuestros elogios me hicieron seguir adelante. ¡Y mirad hasta donde he llegado!”, remata Kevin Smith.
Para que luego digan que las redes sociales solo gereran odio...
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