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¿Cuántos de estos diez ‘souvenirs’ españoles convertidos en objeto de culto tienes en casa? Los viste en la cocina de tu abuela, encima del televisor de tus padres e, incluso, quisiste comprar uno de ellos. Estos recuerdos de viaje merecen respeto por su justificada historia En cerámica o en bronce, así se sirve en las tiendas de 'souvenirs' al icono de la ciudad de Málaga –tras la biznaga y el boquerón–. El Cenachero no solo vale en euros el peso del material con el que esté producido, la historia que lleva detrás es más valiosa para la diplomacia internacional que una reunión de Trump con Rajoy. En la plaza de la Marina está situada esta escultura de 1964 del artista Jaime Fernández Pimentel que es un homenaje al pescador Manolo El Petaca. Un año después, en 1965, la ciudad estadounidense de Mobile, en Alabama, se hermanó con la capital de la Costa del Sol y se hizo con una réplica de El Cenachero –The Fishmonger, en inglés–, para situarla en la Málaga Plaza. Getty Fue nombrada por Cervantes, Lope de Vega o Tirso de Molina, esta loza de origen musulmán ha sido parte de los escenarios del arte barroco y de las escuelas flamencas del siglo XVIII, así como una industrial importante desde el siglo XVI. Pero llegaron los años noventa y la primera década del 2000 y empezó a denostarse como recuerdo artesanal. Hasta hace aproximadamente una década, cuando empresas como el Centro Cerámica de Talavera la reinventaron con artistas y decoradores como Aitor Saraiba, Guille García-Hoz o Rubenimichi. Fue declarada Bien de Interés Cultural, en el apartado de bien inmaterial, en 2015. Getty Desde hace 26 años lleva Destilerías Ortega fabricando estas botellas de porcelana con forma de las Casas Colgadas de Cuenca que, además, están patentadas. En su interior, el licor estrella de la ciudad: el resolí. Este brebaje de sabor suave, parecido al Pacharán y que se sirve tras el postre, dejó el porrón de cristal para introducirse de manera espontánea dentro de las miniaturas del símbolo de la ciudad castellano-manchega. Hoy, es tan popular ir a ver la colección del Museo de Arte Abstracto que acogen las Casas como, después, llevarte el recuerdo de esta cerámica a casa. Un brindis por el arte. Getty En películas como 'Los Inmortales', 'El señor de los anillos', 'Braveheart' o 'Gladiator' apareció entre su atrezzo un objeto denostado hoy día, pero venerado durante siglos en Europa: el acero toledano o acero español. En el siglo XVIII, desde la Fábrica de Armas de Toledo, se exportaron armaduras, escudos y espadas a todas las guerras europeas de entonces. Una industria armamentística olvidada que hoy tiene en el universo del 'souvenir' su vía de negocio (además de las réplicas que reclame las producciones de cine). Las calles de Toledo están repletas de estos recuerdos de acero, que se valoran más fuera que dentro de nuestro país, y que, en 2009, consiguió tener el sello de denominación de origen Hecho en Toledo. Getty Toda la monarquía europea ha tirado de esta casa para refrescarse –incluida la reina Letizia el día de su boda–. Los abanicos de Casa de Diego fueron los primeros productos de una marca de moda española con recorrido comercial masivo en el mundo. No hay turista que caiga en la capital que no haya pasado por esta tienda de la Puerta del Sol que lleva, desde 1860, vendiendo sus creaciones artesanales, de nácar, hueso o madera noble, también las restaura. Tiene más de 8.000 modelos diferentes y se venden desde los 20 a los 6.000 euros. Getty Esta baldosa de hormigón por la que se pisa en la ciudad de Barcelona fue obra del arquitecto modernista Josep Puig i Cadafalch. El panot de flor, una rosa de cuatro pétalos que se creó para la casa Amatller en 1898, ahora pavimenta toda la ciudad y se alterna junto a otros diseños. Si en un principio su uso estuvo dirigido a acabar con los problemas de barro de muchas calles del Eixample, hoy es un icono de la ciudad que se sube a los aviones en forma de llavero o imán de la nevera. Con unas medidas de 20 x 20 centímetros, se ha versionado también para ciudades como Bilbao. Getty Rodrigo Cuevas es un músico que mezcla tecno con folclore asturiano. En sus conciertos siempre sube al escenario vestido con lentejuelas y madreñas, el zueco tradicional de su tierra. Esta reivindicación popular de Cuevas entronca con la necesaria apología de este tipo de calzado realizado en madera en una sola pieza. Más allá de encontrarse en múltiples tamaños como recuerdo turístico asociado a Galicia, León, País Vasco o Asturias, trae tras de sí, desde hace una década, una recuperación (revisitada) que ha aparecido en desfiles de Chanel, Victoria Beckham o Sarah Burton para Alexander McQueen. Getty Es símbolo de buena suerte, pero más allá de esta hipotética fortuna y de ser el símbolo de la provincia de Almería, el Índalo trae detrás una historia del patrimonio rupestre del sur de Europa. Esta figura humana de la Edad de Cobre con los brazos extendidos y con un arco sobre sus manos se encontró en la Cueva de los Letreros en la localidad de Vélez-Blanco. Además de su valor simbólico y de atracción turística, también cabe reseñar que fue icono del movimiento intelectual y artístico de Jesús de Perceval de principios del siglo XX, en la línea del novecentismo de Eugenio d’Ors, y que incluso Arnold Schwarzenegger lo vistió, dibujado en su cuerpo, en la película 'Conan el Bárbaro' (1982). Getty Ya la 'Odisea' de Homero la nombró, también la 'Biblia' e incluso 'El Quijote'. La bota de vino, de origen mediterráneo, tiene en España su bastión de defensores. Se utiliza para contener, conservar y transportar el vino y su forma de lágrima está producida en piel de cabra. Este 'souvenir' español, higiénico y ecológico, tiene una producción manual que está vinculada a maestros artesanos –boteros– como Julio González, que incluso llegó a producir, en 2003, una edición limitada de cien unidades para Loewe. Solo hay que aprender a beber a chorro. Getty Cuando Wagner, en 1845, incorporó el sonido de unas castañuelas a su ópera 'Tannhauser', creía en la sonoridad festiva que este instrumento de percusión originario de los fenicios ofrecía. De los países mediterráneos, España es el lugar donde mejor se han conservado y más recorrido han tenido. Hoy, ajustadas únicamente al flamenco, siguen siendo un reclamo turístico para meter en la maleta. Pero cabe explicar que las valoradas son las realizadas a mano en madera de granadillo, ébano o palo santo, y que, apenas, existen tres empresas en España que las distribuyen por todo el mundo. Jale, cerca de Aldaia (Valencia), lleva desde 1990 exportando la “alegría española”. Getty