_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El culo

No hay que ser un vicioso de CSI para saber que esos tuits borrados vienen a constituir una zona de sombra, una autobiografía inversa

Juan José Millás
En cuatro días de Twitter disponemos ya de un útil para eliminar de la cuenta nuestras obras completas.
En cuatro días de Twitter disponemos ya de un útil para eliminar de la cuenta nuestras obras completas.Kacper Pempel (REUTERS)

Los tuits son las miguitas de pan que sirven para volver a casa, pero quién quiere volver a casa frente a la perspectiva de vivir en Prado del Rey. En resumen, que cuando suena el teléfono y te dicen que permanezcas atento a la pantalla, pues está a punto de caerte una subsecretaría, lo primero que tienes que hacer es salir con el móvil al callejón de atrás de tu existencia, y allí, en compañía de las ratas, vaciarlo del todo. Diez mil, doce mil, quince mil tuits, los que hagan falta, que no quede rastro alguno de tu ideario, si un ideario cabe en tan pocos caracteres.

Lleva trabajo, pero tampoco es como desescribir la Crítica de la razón pura o El segundo sexo. No se imagina uno a Simone de Beauvoir o a Kant censurándose a sí mismos. Ni a Flaubert solicitando a sus editores la despublicación de Madame Bovary. En cinco siglos de imprenta a nadie se le ha ocurrido inventar la desimprenta, pero en cuatro días de Twitter disponemos ya de un útil para eliminar de la cuenta nuestras obras completas. Aunque queda la huella, claro. No aparece el zapato, de acuerdo, pero sí su molde sobre el barro y de su molde se puede deducir hasta el peso de quien lo calzaba. No hay que ser un vicioso de CSI para saber que esos tuits borrados vienen a constituir una zona de sombra, una autobiografía inversa.

Hay gente que jamás visita esa zona de sombra como hay gente que no ha visto su culo. Pero existen ambos, el culo y la zona, aunque hasta la aparición de Internet no habíamos tenido la oportunidad de mostrarla. Al principio da gusto, pues quién no tiene un lado exhibicionista. Pero cuando llega la oportunidad de medrar, el culo no funciona. Puedes borrarlo, sí, pero queda su sombra, que es casi peor que su realidad.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_