Personas desechables
A cada exabrupto de Trump, se resalta que “cumple con sus promesas”. La mano dura con la inmigración irregular es un ejemplo. Señalarlo, aunque sin pretenderlo, parece destacar un valor: él es fuerte y hace lo que se propone; los otros son débiles o mentirosos. Aunque sea al coste de explorar miedos y de ampliar la grieta social. “¡Yo quiero mi mamá!”. Es el llanto de los niños inmigrantes enjaulados en EE UU. Es el llanto de los vulnerables, cuyas vidas, según Judith Butler, no se echan de menos. Son personas desechables.— Emanuela Cardoso Onofre de Alencar. Rivas Vaciamadrid (Madrid).
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