14 fotosEl día a día en un servicio médico muy especialSalud Entre Culturas presta atención personalizada a inmigrantes que normalmente no hablan ni una palabra de español. Cuentan con mediadores e intérpretes y un personal médico especialista en enfermedades tropicalesVíctor SainzPatricia PeiróMadrid - 21 jun 2018 - 10:49CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceEl servicio Salud Entre Culturas es un programa pionero nacido bajo el paraguas de la unidad de enfermedades tropicales del Hospital Ramón y Cajal de Madrid en 2006. Su principal misión es proporcionar atención médica a personas que no hablan ni una palabra de español y un francés o inglés normalmente precario. Sobre todo son hombres jóvenes subsaharianos, pero el programa está abierto a todo tipo de nacionalidades.VICTOR SAINZ (EL PAÍS)En esta planta de hospital se han hablado hasta 30 idiomas distintos de África. Los más habituales son wolof, bámbara, maninka, susu, diula, creol, fula, malenke y eton. A ellos se suman el rumano, ruso y árabe. Las nacionalidades más comunes son Camerún, Costa de Marfil, Guinea Conakry , Ucrania y Siria.VICTOR SAINZ (EL PAÍS)El programa nació al mismo tiempo que se producía la crisis de los cayucos de 2006. Ese año 39.180 personas desembarcaron en las costas españolas. Desde el servicio explican que los flujos migratorios cambiaron y no bastaba con que los profesionales sanitarios hablaran inglés. Así nació Salud Entre Culturas, un servicio que las sucesivas gerencias del hospital Ramón y Cajal de Madrid han apoyado.VICTOR SAINZ (EL PAÍS)López-Vélez (segundo por la derecha) lidera este equipo formado por cinco profesionales fijos y varios colaboradores. Ignacio Peña, experto en Cooperación al Desarrollo, es el coordinador (extremo derecho), Martina Corral dirige el área de interpretación y mediación (extremo izquierdo), Cristina Arcas es enfermera especialista en enfermedades tropicales y antropóloga social (segunda por la izquierda) y Serigne Fall y Serge Hoys son los mediadores e intérpretes. Las dos mujeres del centro son las Patricias (Manini y Benítez) mediadora e intérprete.VICTOR SAINZ (EL PAÍS)El doctor López-Vélez atiende a un paciente con Serge Hoys como mediador. Hoys tiene que colocarse a un lado de ambos para favorecer en todo momento que el doctor y el paciente se miren a la cara. Aunque lleva trabajando varios años como voluntario el programa pudo contratarlo en junio como empleado fijo. Este camerunés habla francés y algunos de los 187 dialectos reconocidos en su país.VICTOR SAINZ (EL PAÍS)En este tiempo han atendido a más de 5.700 migrantes en sus consultas y han formado en talleres especializados a cerca de 10.000 en temas como tuberculosis, VIH-sida o educación sexual. En 2017, la Consejería de Sanidad madrileña oficializó el programa al reconocer el servicio interpretación y mediación.VICTOR SAINZ (EL PAÍS)Uno de los pilares fundamentales de este programa es la mediación y la interpretación. Los trabajadores fijos son Martina Corral, la coordinadora, Serigne Fall (senegalés) y Serge Hoys (camerunés). Los dos africanos comenzaron asistiendo a los talleres formativos que ofrecían desde Salud Entre Culturas y han acabado contratados gracias a la formación específica que les facilitaron desde el propio proyecto.VICTOR SAINZ (EL PAÍS)Uno de los objetivos de este programa es derribar los muros culturales y religiosos, además de los lingüisticos. La labor de los mediadores es fundamental para solucionar los conflictos que puedan surgir entre médico y paciente en cualquiera de estos campos.VICTOR SAINZ (EL PAÍS)Ignacio Peña es el coordinador. Programa los talleres que realizan en sedes de ONG, casas o incluso bares y busca fondos incansablemente. A lo largo de los años, este proyecto se ha financiado a través de concursos públicos (ha recibido fondos del Plan Nacional del Sida o de fondos europeos), inversión privada y donaciones particulares.VICTOR SAINZ (EL PAÍS)Salud Entre Culturas ha desarrollado a lo largo de estos 12 años unos protocolos muy claros que funcionan a la hora de atender a población inmigrante. Para preservar la intimidad del paciente, por ejemplo, el mediador se coloca siempre al otro lado de la cortina.VICTOR SAINZ (EL PAÍS)Desde Salud Entre Culturas explican que sus consultas pueden llegar a durar hasta hora y media. Los profesionales explican detenidamente por qué les sacan sangre, en qué consisten las pruebas que les van a realizar y la necesidad de no abandonar los tratamientos.VICTOR SAINZ (EL PAÍS)Libros en una de las salas del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.VÍCTOR SAINZLos migrantes suelen llegar a estas consultas programa gracias a los talleres que regularmente realizan los miembros de Salud Entre Culturas. El proyecto comenzó con africanos subsaharianos y poco a poco se fue abriendo a todas las nacionalidades.VICTOR SAINZ (EL PAÍS)Una pizarra con palabras en diferentes dialectos africanos ocupa una de las paredes de la sala principal del programa.VICTOR SAINZ (EL PAÍS)