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Tentaciones

Una noche con las ‘drags’ más famosas del mundo

Son glamourosas y únicas. Las travestis de la factoría Ru Paul han triunfado en Madrid y Barcelona con su riguroso 'playback'

Isabel Pantoja incendia la imaginación de las drag queens desde hace décadas. También la de algunas de las concursantes de Ru Paul Drag Race (Netflix), el concurso reality estadounidense en el que varias travestis compiten por ser la próxima superestrella drag; la coplera causa fervor especialmente en una de ellas, Valentina, una artista de origen mexicano que participó en la novena temporada de Ru Paul, un fenómeno televisivo que en 2019 cumple una década en antena. La diva latina, encarnada por el veinteañero James Leyva, ha llevado por todo el mundo el legado de Isabel Pantoja, de Seattle a Estocolmo. También lo trajo a Madrid y Barcelona el pasado fin de semana dentro de la gira Werq the World.

"En Barcelona causó entusiasmo, pero en Madrid el recinto se va a venir abajo", comentaba un admirador el sábado en La Riviera mientras esperaba para que comenzase el concierto. Y sí, el público se vino realmente arriba cuando empezaron a sonar los primeros compases de la electro copla Se me enamora el alma [uno de los favoritos de una gran imitadora de la tonadillera, la Pantoja de Puerto Rico], sobre el escenario, mientras Valentina la interpretaba y bailaba con pasión embutida en un vestido de plumas y faralaes. Esa es la esencia del show y uno de los gritos de guerra del programa: "lip sync for your life" ("Interpreta el playback por tu vida").

Y eso es lo que hicieron las otras seis participantes del espectáculo: una selección de las drags más carismáticas, interesantes y divertidas: Shangela, Kennedy Davenport, Kim Chi, Detox, Latrice Royal y Alyssa Edwards. De primeras sus nombres o su extravagante aspecto puede decirte poco más que cualquier travesti de bar de ambiente, pero quien las ha visto llorar, sudar y contar sus historias personales en la pantalla puede ver en ellas auténticas estrellas. En La Riviera, y el día anterior en la sala Razzmatazz de Barcelona, lanzaron su explosiva ofensiva de maquillaje, relleno, lentejuelas y hitazos pop: de Madonna a Shakira con parada en un referente generacional, Sailor Moon, las heroínas niponas clavadas en el imaginario de los veinteañeros, treintañeros, y algunos cuarentones, que poblaban el recinto. "Cómo han perfeccionado los números", aseguraba uno de los asistentes, nacido en los noventa.

Valentina en un momento de su actuación en La Riviera de Madrid.
Valentina en un momento de su actuación en La Riviera de Madrid.Luz Soria (Locamente)

Es la tercera vez que la gira pasa por España. Cada vez en una sala más grande. "Y seguramente llenaríamos el Palacio de los Deportes", comentan desde Locamente, la empresa responsable de traer el espectáculo a Europa (España y Francia), donde el cartel de "no hay entradas" lleva semanas colgado. Estas artistas de las variedades acumulan desde cientos de miles a millones de seguidores en las redes sociales. Algunos de ellos son los que desembolsan más de 100 euros para sacarse una foto con ellas minutos antes del concierto. Una especie de besamanos, conocido como meet & greet, (conocer y saludar) que repiten en cada parada de su gira. En Madrid casi todas se mostraban encantadoras, pacientes y dadas a la interacción. "Cariño, qué pecho tan bonito tienes, y cuánto pelo", se escuchó decir a Kennedy Davenport. "Dame tu teléfono y luego te llamo", comentó Kim Chi a otro seguidor. "Mi amor, qué dulce sonrisa", repitió unas cuantas veces Valentina.

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Una, sin embargo, mantenía las distancias. Era Alyssa Edwards, que acercaba la mano antes de que los seguidores españoles, acostumbrados a los dos besos, se lanzasen a su mejilla. Edwards es una de las más populares (cuenta con más de un millón de seguidores en Instagram), y también una de las más histriónicas. Casi a la par que la vivaracha Shangela, una auténtica superviviente si se considera que, tras ser eliminada en la segunda temporada, regresó en la tercera, donde tampoco duró mucho. A la tercera fue la vencida y quedó entre las cuatro finalistas en la última edición del All Stars, donde se da una nueva oportunidad a exconcursantes. "Es un desastre pero la amamos", comentaba uno de los fans tras hacerse una foto con ella. Siempre con flash, como la organización había pedido explícitamente.

Kennedy Davenport el sábado pasado sobre el escenario de La Riviera.
Kennedy Davenport el sábado pasado sobre el escenario de La Riviera.Luz Soria (Locamente)

Shangela hizo de maestra de ceremonias en sustitución de Michelle Visage, la presentadora y mano derecha de Ru Paul. Tampoco vino Violet Chachki, la única ganadora de su edición anunciada en el cartel, representante de la vertiente pin up, y a la vez, la más millenial de las drags. No se notó su ausencia en el show, cuya verdadera protagonista fue Shangela.

La diva texana se comunicaba con el público en inglés y castellano. Lo aprendió en Madrid con una beca de la Fundación Ortega y Gasset (o eso contó al público). "Recuerdo la Casa de Campo, bueno, oí hablar de ella, pero nunca fui", comentaba irónicamente. "Imaginad, un hombre tiene sus necesidades", continuó en referencia a la fama que tomó el parque como enclave de cruising. Con ese desparpajo y dejándose la piel en el escenario (sin perder la peluca), dio fin a la fiesta con un popurrí de canciones de Beyoncè, su diva favorita, y al parecer de muchos de los asistentes, que celebraban el momento besándose, abrazándose y moviendo el cuerpo al ritmo de esa irresistible conjugación de divas. El concierto, enteramente en playback, fue una auténtica máquina de generar libertad, empoderamiento y, sobre todo, buen rollo.

Kim Chi interpretando el tema principal de 'Sailor Moon'.
Kim Chi interpretando el tema principal de 'Sailor Moon'.Luz Soria (Locamente)

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