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Tentaciones

Así son las 'drag queens' que han revolucionado la televisión

'RuPaul Drag Race' es un reality basado en la integración y la denuncia de temas polémicos como el racismo, el 'bullying' o la homofobia. Te explicamos las claves del nuevo formato televisivo

Mucho ha llovido desde que William Shakespeare acuñara el termino Drag (Dressed as girl) para definir a los actores masculinos que debían interpretar papeles de mujer. Tanto ha sido el chaparrón que hoy estamos ante un fenómeno televisivo mundial llamado RuPaul Drag Race donde hombres travestidos poseen el arte de sorprender y entretener a los espectadores.

The New York Times o The Atlantic, entre otros, no han podido resistirse a la corriente de la Queer Culture, a continuación, te contamos las claves de su éxito.

Dos de las imágenes del Instagram de RuPaul.
Dos de las imágenes del Instagram de RuPaul.

El reality es una competición de Drags que a través de una serie de pruebas las participantes sientan precedente en el arte de la transgresión, el descaro y sobre todo el humor. Cuenta de ello dan el Snatch Game, parodia del mítico show americano Match Game donde las participantes imitan a famosas, o Reading is fundamental, donde se despellejan las unas a las otras con lindezas ofensivohumorísticas con desmesurado ingenio. Y como guinda, la eliminación a través del Lip Sync (sincronía de labios), a grito de ‘lip sync for your life’ un duelo de playback entre las dos contendientes que nos deja momentos tan épicos como este

Parte del éxito es el propio RuPaul. Maestra de ceremonias, es una Drag Queen que desde la década de los noventa sienta precedente en el gremio. Su estilo único y manera en la que ha tratado la salida del armario del fenómeno drag la han convertido en un hito para todas las Drags del Universo.

El formato se torna ahora en un elemento de integración y denuncia, una herramienta de ejemplos de superación

Muy destacable también es la amplia variedad de colectivos minoritarios que se han visto expuesto entre pestañas postizas, pelucas y plumas. El racismo, la exclusión social, el bullying, el VIH y la transexualidad han estado presentes a lo largo de las ediciones, y de aquí salen lecciones que se tratan con naturalidad y sin exagerar ninguna morbosidad. El formato se torna ahora en un elemento de integración y denuncia, una herramienta de ejemplos de superación. Sonado fue el caso de Latrice Royale que tras confesar haber estado en prisión germinó en la audiencia complicidad y apoyo, un minipunto por otra parte poco merecido por los yanquis.

Latrice Royale, la drag queen que estuvo en la cárcel.
Latrice Royale, la drag queen que estuvo en la cárcel.

Hace hoy escasos días, la última de las ediciones, RuPaul All Stars 2, concluyó concediendo a (spoiler alert!!) Alaska Thunderfuck el trono. Polémica temporada que ha tendido a Twitter en llamas cada semana principalmente por la alianza Rolaskatox. Condenaban el boicot a participantes como Alyssa Edwards o Tatiana en favor de Roxxxxy (integrante de la tríada), la marea de detractores terminó por cerrar filas en torno al hasta #TeamKatya, única superviviente en la gran final.

La onda expansiva del fenómeno no se detiene con el exitazo mundial del programa, hay vida después de RuPaul. Las drags más carismáticas y populares a parte de hincharse a bolos, por supuesto, se convierten en verdaderos ídolos de masas, instagramers y youtubers así como algunas carreras musicales se disparan tras el paso por el reality. Tal es el filón que Bianca del Río, ganadora de la sexta temporada, tiene su propia película: Hurricane Bianca.

En plena era digital donde el contenido y el entretenimiento lo son todo, se agradece encontrar nuevos formatos que revolucionan a las audiencias aportando un plus en el espectro de miras. RuPaul Drag Race, pude que de manera inconsciente, está liderando una transición en la que la visibilidad de todos los colectivos gana espacio y reputación. Que dichos los cambios se lleven a cabo a través un reality show es una muestra inequívoca de cuan entrados nos hallamos ya en el siglo XXI.

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