Editorial
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Igualdad para la pareja gay

Las parejas homosexuales legalmente casadas tendrán garantizados los derechos de residencia en toda la UE

Adrian Coman (derecha) y Clay Hamilton, la pareja homosexual cuya demanda ha motivado la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE.
Adrian Coman (derecha) y Clay Hamilton, la pareja homosexual cuya demanda ha motivado la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE. Vadim Ghirda (AP)

Los derechos de las parejas homosexuales están desde este martes más protegidos en toda la Unión Europea. Todos los países miembros estarán obligados a conceder el permiso de residencia a la pareja extracomunitaria del mismo sexo de cualquier ciudadano de la UE que haya contraído matrimonio legal, aunque el país no reconozca el matrimonio homosexual. Así lo acaba de dictaminar el Tribunal de Justicia de la UE a instancias de un ciudadano rumano casado en Bruselas en 2010 con un norteamericano, a quien se denegó el permiso de residencia en Rumanía sobre la base de que el matrimonio homosexual no es legal en ese país.

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El tribunal ha estimado que la denegación del permiso de residencia permanente constituye en este caso una discriminación respecto de los matrimonios heterosexuales en el cumplimiento de la directiva que consagra el derecho a la libre circulación y residencia. Esta normativa permite que cualquier ciudadano europeo pueda instalarse en cualquiera de los 28 países de la Unión y extiende el derecho de residencia permanente al cónyuge extracomunitario. Ahora queda claro que cuando la directiva se refiere al derecho del cónyuge, también incluye al que es del mismo sexo.

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Hay que celebrar que los derechos de los homosexuales sigan progresando en la Unión Europea. En estos momentos 13 de los 28 países miembros ya reconocen el matrimonio homosexual y varios más reconocen uniones civiles equiparables al matrimonio. Pero quedan todavía unos cuantos —Rumanía, Bulgaria, Polonia, Letonia, Lituania, Eslovaquia, Croacia y Hungría— que no lo reconocen y en algunos casos sus Gobiernos militan contra las uniones homosexuales poniendo todo tipo de trabas. Estos países han de saber que, independientemente de su legislación interna, pertenecer a la Unión Europea significa asumir el ideario comunitario de respeto a los derechos humanos y el principio de no discriminación por razón de sexo.

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