7 fotosAquí no llega AirbnbRecónditas calas de pescadores en Tenerife, océanos de lavanda en la Alcarria o playas custodiadas por flamencos en Murcia rincones de ensueño que todavía no han caído en la sobreexplotación turística. Porque hay vida más allá de Menorca y Cádiz.Isidoro Merino13 jun 2018 - 13:18CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceIsla Baja, como se conoce el litoral noroeste de Tenerife, a los pies del macizo de Teno, atesora paisajes marcados por el mar, la lava y los vientos alisios. Lugares como la Punta de Teno, con su recóndita calita de pescadores; las piscinas naturales de El Caletón (en la imagen), que se adaptan a las formas que dejó la lava solidificada tras la erupción del volcán de Trevejo en 1706, o el bosque de laurisilva del Monte del Agua. Allí se concentran una serie de pequeños hoteles de ambiente intimista en edificios históricos recuperados como el San Roque (hotelsanroque.com), en un antiguo convento del siglo XVI, o La Quinta Roja (quintaroja.com), que combina la arquitectura tradicional canaria con mobiliario de diseño. En El Guincho, incrustado en un palmeral costero cercano a Garachico, está El Patio (hotelpatio.com/es/), una hacienda del siglo XVII perteneciente a la familia Ponte.Alfredo AriasA mediados de julio reabrirá sus puertas, con 10 nuevas habitaciones —35 en total—, Vivood (www.vivood.com), un hotel con estancias en forma de caja suspendidas sobre un precipicio en el valle de Guadalest (Alicante), entre las sierras de Aitana y de Serrella, con vistas a los pueblos de Benimantell, Beniardá y Benifato. Daniel Mayo, arquitecto especializado en edificaciones sostenibles, es el autor de proyecto, baluarte de un tipo de hoteles paisaje integrados en el entorno, como el hotel Consolación, en Monroyo (Teruel), o el Aire de Bardenas, en Tudela (Navarra).Amanda GonzálezBrihuega (Guadalajara) celebra el 13 y 14 de julio su Festival de la Lavanda, con conciertos entre las flores, rali fotográfico y cenas gastronómicas. Allí se encuentra el hotel spa Niwa (hotelspaniwa.com; jardín, en japonés), cuya especialidad son los masajes orientales. Dos noches con desayuno y acceso al spa cuesta desde 85 euros por persona y noche. Los masajes se pagan aparte, a partir de 55 euros. A 50 kilómetros, El Rincón de Monasterio (elrincondemonasterio.com), un complejo rural en el pueblo de Monasterio, seduce a los visitantes con sus ocho casitas. Desde 125 euros la noche.Juan Jiménez (Getty Images)Marismas y dunas flanquean la playa de Carnota, la más extensa de Galicia y uno de los espacios naturales mejor conservados de las Rías Baixas, integrado en la Red Natura 2000. La Boca do Rio, en la desembocadura al mar del río Valdebois, parte el arenal en un canal por donde penetra el mar creando una llanura, que da cobijo a gran variedad de aves migratorias y flora endémica. Con la bajamar se forman pequeñas piscinas naturales ideales para el baño de los niños. El monte Pindo se alza 627 metros a escasos dos kilómetros. La casa rural San Cibran (sancibranrural.com) ofrece habitaciones entre 75 y 105 euros la noche en temporada alta.Gonzalo AzumendiBodegas, pueblos medievales y los cañones que ha labrado el río Vero en la sierra de Guara pintan el paisaje del Somontano, en el Prepirineo de Huesca. En el pueblo de Alquézar, a los pies del río Vero, destacan sus callejas y casas blasonadas, el alcázar árabe y la colegiata-fortaleza de Santa María y su claustro románico. Es también la antesala del parque natural de la Sierra y Cañones de Guara, donde numerosas empresas proponen actividades acuáticas y de senderismo. Unas pasarelas permiten seguir el curso del río, por el que se reparten cuevas prehistóricas, en una ruta por el arte parietal que comienza en el centro de interpretación del arte rupestre de Colungo, a ocho kilómetros de Alquézar. Tres opciones de alojamiento: el hotel Santa María (hotel-santamaria.com), el hotel spa San Ramón del Somontano (hotelsanramonsomontano.com) y el hotel Maribel (hotelmaribel.es).Getty ImagesSe trata de un bucólico enclave de clima atlántico donde hayas, robles y castaños conviven con pastizales, caseríos y cuevas embrujadas. A la entrada del valle se encuentra el parque natural de Bértiz: 2.000 hectáreas de bosque autóctono y un jardín botánico con árboles de todo el mundo. Es imprescindible la visita a la Selva de Irati, el mayor bosque de especies frondosas de la Península, o la sierra de Aralar, donde pastan las ovejas latxas, de las que se extrae la leche para el queso Idiazabal. En Elizondo, la Casa Urruska (www.urruska.com), un viejo caserío familiar, ofrece habitaciones desde 67 euros la noche.Turismo de NavarraDe espaldas al trajín de La Manga y las tumbonas del Mar Menor, la costa de Murcia esconde otras playas menos populares como las del parque regional de las Salinas y Arenales de San Pedro del Pinatar, un rincón integrado en la Red Natura 2000. El mar es de un azul transparente gracias a las praderas de posidonia que purifican el agua. Las playas se extienden a lo largo de seis kilómetros. Se trata de un ecosistema dunar con charcas salineras donde anidan garzas reales y flamencos y se observa un horizonte de pinos y palmitos. www.sanpedrodelpinatar.esDelphine Adburgham (Alamy)