Nueva masacre
Después de la última masacre en un instituto de Texas donde fueron asesinados 10 alumnos y heridos otros tantos, inevitablemente surgen varias preguntas a propósito de las declaraciones que el presidente Trump hizo tras la masacre de Parkland (Florida), tres meses antes, de armar a los profesores como medida para acabar con tan macabro asunto. ¿No llegaron a tiempo las órdenes o no llegaron las armas? ¿No dio tiempo a instruir a los profesores, o sencillamente incumplieron los deberes que en su delirio les había puesto el presidente? Resulta irritante la pasividad de las autoridades, matanza tras matanza, en un país en el que hay prácticamente igual número de armas privadas que habitantes. De nada han servido las múltiples manifestaciones de estudiantes ante el poder de la Asociación Nacional del Rifle de la que Trump es principal valedor.— Gregorio Medina. Coslada (Madrid).
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