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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Fariña en el sur

La exhibición de impunidad crece en la Bahía de Algeciras de la mano del narcotráfico

El vehículo de la funeraria se dispone a trasladar el cuerpo del niño en aguas de Algeciras (Cádiz).Foto: atlas | Vídeo: A.CARRASCO RAGEL (EFE) ATLAS

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La violencia y la exhibición de impunidad por parte de supuestos narcos se está disparando en Algeciras de una forma tan intolerable que debería movilizar al Ministerio del Interior y todos los resortes del Estado para frenar un deterioro creciente. Si en los últimos meses los delincuentes habían dado prueba de su incontención con el rescate de un narco por parte de encapuchados que se lo arrebataron a la policía en un hospital de La Línea; o habían desbordado a las fuerzas de seguridad acosándolas en algunas operaciones, una tragedia ha sumado esta semana nuevos datos para esa voz de alarma.

Un niño de nueve años murió el lunes en una lancha pilotada por su padre cuando otra embarcación con dos hombres les atropelló tras maniobrar de forma amenazante y arriesgada a su alrededor. El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, se ha apresurado a señalar que no era una narcolancha, pero esto no resta un átomo de preocupación ante un nuevo acto violento en el que dos de los involucrados, el padre y un atacante, tienen antecedentes. En otro incidente por aclarar, unas 40 personas que participaban en una comunión el fin de semana atacaron con bates, cristales y otros materiales a nueve guardias civiles que andaban de paisano por la misma zona. Interior tampoco confirma la vinculación, pero la Asociación Unificada de la Guardia Civil asegura que eran agentes antinarcóticos y al menos dos de los atacantes detenidos eran delincuentes.

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De los 372.901 kilos de droga intervenidos en España en 2016, el 40% se aprehendió en Cádiz. El crecimiento del narco se ha hecho tan evidente en la zona como el blanqueo en gastos suntuosos y este desafío creciente a las fuerzas de seguridad. Estas necesitan un Gobierno que no infravalore lo que ocurre, sino que afronte la realidad con recursos y con la determinación de frenar la expansión de esta fariña —en alusión a la cocaína y su tráfico que tanto daño hicieron en Galicia— que crece en el sur.

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