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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Retrocede la libertad de prensa

Los ciudadanos necesitan una información rigurosa, independiente y de calidad

Periodistas afganos sostienen una pancarta durante una protesta con motivo de la celebración del Día Mundial de la Libertad de Prensa en Kabul.
Periodistas afganos sostienen una pancarta durante una protesta con motivo de la celebración del Día Mundial de la Libertad de Prensa en Kabul.JAWAD JALALI (EFE)

Ejercer el periodismo con plenas garantías se ha convertido en una tarea cada vez más difícil en todo el mundo. La hostilidad hacia los medios de comunicación, el acoso a los profesionales, las abusivas leyes sobre difamación y la censura van ganando terreno. La libertad de prensa, que ayer celebró su día internacional, está en retroceso ante viejos y nuevos enemigos: desde el narcotráfico a los paramilitares, pasando por los grupos terroristas que ven en los reporteros un blanco fácil, los nacionalismos y los populismos. A todos les une su empeño por obstaculizar y cercenar el trabajo de los periodistas imponiendo la coacción y la manipulación e ignorando que la prensa es un pilar básico del Estado de derecho y un contrapeso del poder.

No solo los países totalitarios son un riesgo para los profesionales. También en Europa son perseguidos y asesinados. En menos de un año, dos reporteros que investigaban la corrupción sistemática en el ámbito del poder político murieron violentamente en Malta y Eslovaquia, unos crímenes sobre los que toda la UE debe sentirse dolida y escandalizada y, a la vez, exigir que estos asesinatos no queden impunes.

El periodismo se ve sometido a amenazas más sutiles pero también muy dañinas. La proliferación de noticias falsas, la injerencia extranjera en procesos electorales o la utilización de datos personales para influir en el voto de los ciudadanos son fenómenos que se han visto acelerados gracias a las redes sociales, que han llevado la desinformación a extremos insospechados.

Frente a estas agresiones, la libertad de prensa tiene que ser defendida para que los ciudadanos tengan una información rigurosa, independiente y de calidad. Cuando el público accede a noticias honestas y veraces puede tomar decisiones firmes y coherentes. Solo así progresa el debate público y avanza la democracia.

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