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Más de 200 niños soldado son liberados en Sudán del Sur
Ganiko y Jackson son dos de los 207 niños soldado liberados por grupos armados en Sudán del Sur. Se espera que, a lo largo de los próximos meses, otros 1.000 abandonen los grupos armados que los secuestraron

![Ganiko, de 12 años, y Jackson, de 13 [nombres ficticios], son dos de los 207 niños soldado que el martes 17 de abril fueron puestos en libertad por grupos armados en Sudán del Sur. Los menores, 112 niños y 95 niñas, han participado en una ceremonia en Yambio para celebrar el comienzo de un proceso de reintegración tras haber formado parte de las tropas del Movimiento de Liberación Nacional de Sudán del Sur y del Ejército de Liberación del Pueblo del Sudán en Oposición. Esta semana se ha producido la segunda de una serie de liberaciones de menores de las filas de grupos armados que, según las previsiones, tendrán que dejar marchar a casi 1.000 niños soldado a lo largo de los próximos meses.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/LYZTWIKWCJNQDKKATA7MCCDXNE.jpg?auth=1f1eec420f3d3e34c5a05bae8fda9b0162e1a0660e420f20551726d569bb0383&width=414)
![En 2016, Khamisa [nombre ficticio], de 15 años, estaba de camino hacia la escuela cuando fue secuestrada junto a los cuatro amigos que iban con ella. Unos hombres armados les llevaron a una base en la que había muchos otros niños. Khamisa se encargaba de la limpieza, la preparación de alimentos y la recolección de leña, pero recibió también entrenamiento militar. Le enseñaron a marchar y a sostener una pistola, pero nunca se le pidió que disparara. Poco después de que fuera secuestrada, su padre murió. "No hay nadie que se haga responsable de mí ahora", lamenta. "Mi madre es demasiado pobre para cuidarnos".](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/RLY23WKPXVPQTK7AZVAT6F3ZWI.jpg?auth=30f0d4084a261f1865165b2c60210489d4966ed48cc114c1bb81839f301071be&width=414)
![<p>Los padres de Nawai [nombre ficticio] huyeron a la República Democrática del Congo en 2016 con el recrudecimiento del conflicto, y ella fue secuestrada junto con sus dos hermanas mientras caminaban hacia casa. Una de las dos menores fue devuelta a la aldea días después, ya que no paraba de llorar. Durante dos años, Nawai, que hoy tiene 15 años, compartió una habitación pequeña con otras chicas del grupo y se vio obligada a cocinar, limpiar y buscar agua para los hombres armados. "Una vez me pidieron que recogiera agua, y cuando volví, dijeron que me tomaba demasiado tiempo y amenazaron con golpearme", recuerda. Ahora quiere regresar a la escuela.</p> <p>La última liberación de menores de las filas de grupos armados forma parte de un proceso apoyado por Unicef y ha tenido lugar en la comunidad rural de Bakiwiri, a una hora en coche de Yambio, en el estado de Equatoria Occidental. Durante la ceremonia, los niños fueron formalmente desarmados y provistos de ropas civiles. Ahora se llevarán a cabo exámenes médicos y los niños recibirán asesoramiento, formación profesional y apoyo psicosocial. Se proporcionará asistencia alimentaria a sus familias durante tres meses.</p>](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/QWQP4RBULRL7THSCQUPWKSAVXM.jpg?auth=8c8a9b4f2ab3adddbdd12db38e00446dbdf08ccb42f29bbb849e3a715d54271b&width=414)
Los padres de Nawai [nombre ficticio] huyeron a la República Democrática del Congo en 2016 con el recrudecimiento del conflicto, y ella fue secuestrada junto con sus dos hermanas mientras caminaban hacia casa. Una de las dos menores fue devuelta a la aldea días después, ya que no paraba de llorar. Durante dos años, Nawai, que hoy tiene 15 años, compartió una habitación pequeña con otras chicas del grupo y se vio obligada a cocinar, limpiar y buscar agua para los hombres armados. "Una vez me pidieron que recogiera agua, y cuando volví, dijeron que me tomaba demasiado tiempo y amenazaron con golpearme", recuerda. Ahora quiere regresar a la escuela.
La última liberación de menores de las filas de grupos armados forma parte de un proceso apoyado por Unicef y ha tenido lugar en la comunidad rural de Bakiwiri, a una hora en coche de Yambio, en el estado de Equatoria Occidental. Durante la ceremonia, los niños fueron formalmente desarmados y provistos de ropas civiles. Ahora se llevarán a cabo exámenes médicos y los niños recibirán asesoramiento, formación profesional y apoyo psicosocial. Se proporcionará asistencia alimentaria a sus familias durante tres meses.


![David [nombre ficticio] en el Centro de Cuidado Infantil Tindoka de Yambio (Sudán del Sur), en el que encuentran abrigo menores que han sido liberados de grupos armados a la espera de reunirse con sus familias. David tiene 17 años y es de Yambio. Un día de 2015, de camino a casa desde la escuela, fue secuestrado por hombres armados, miembros de un grupo rebelde del que nunca había oído hablar. Durante tres años, recibió entrenamiento para disparar e incluso para matar. "Si llevas un arma en una guerra, por supuesto que lastimas a la gente con eso", dice. En la actualidad, quiere volver a estudiar y convertirse en conductor.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/X5JYK4F4ABO5FJDS7UOBRP5J7I.jpg?auth=bc184f1f457d43cbd4dbc0bddceff1ae5f5b217cc8c1d9d94e741cff82e2845f&width=414)

![Abel [nombre ficticio] tiene 13 años y habla con voz baja de niño. Fue secuestrado con toda su familia cuando tenía apenas nueve años. Cuando trataron de escapar, él fue el único que no logró correr lo suficientemente rápido. “Nunca llevé un arma, pero vi cosas", asegura. Recobró la libertad a principios de 2018. Abel quiere ser gobernador de su ciudad, Yambio. "Quiero ayudar a la gente pobre y ser un ejemplo para asegurarme de que ningún niño sea reclutado".](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/V7ZDHQXZJZIQLC7IPXES72HCIY.jpg?auth=03103e624d750bd31da064d468f7977feb255400d527c4f9787a2e61d283a488&width=414)