La boda del príncipe Enrique y Meghan Markle, un negocio millonario
Un informe asegura que el enlace reportará 1.000 millones de libras y que la exactriz igualará a la duquesa de Cambridge, o incluso la sobrepasará, en su influencia en la moda
Según la app de planificación de bodas Bridebook.co.uk, el matrimonio entre el príncipe Enrique y Meghan Markle costará unos 32 millones de libras (el cálculo incluye los 30 millones que, estiman, serán necesarios para garantizar la seguridad de público y asistentes). La cifra es más que exorbitante, pero palidece en comparación con lo que el enlace del 19 de mayo puede aportar a las arcas británicas; según un informe de la consultora Brand Finance, la boda real supondrá una inyección económica de más de mil millones de libras en 2018. Su predicción desglosa esta cantidad por sectores: 300 millones en ocio, alojamiento, viaje y transporte de los turistas que acudan al país atraídos por el acontecimiento; 300 millones entre la publicidad que la cobertura mediática supondrá para la “marca Gran Bretaña” –una herramienta de marketing valiosísima en estos tiempos de Brexit– y la venta de los derechos de prensa y televisión; 250 millones en consumo en tiendas y restaurantes... Solo al “efecto Meghan” le atribuyen 150 millones de libras, y David Haigh, CEO de Brand Finance, considera que no hemos visto más que la punta del iceberg del fenómeno: “La señora Markle pronto igualará a la duquesa de Cambridge, o incluso la sobrepasará, en su increíble influencia en la industria de la moda”.
Los últimos 50 millones del estudio corresponden a los ingresos por la memorabilia –de sellos a tazas– que generará la ocasión, y no solo para las omnipresentes tiendas de souvenirs. Los grandes almacenes de lujo Fortnum & Mason han creado desde un té de edición limitada (“la magnífica combinación conjuga menta de cultivo inglés y americano”, explican) hasta una línea de porcelana fina. La empresa Halcyon Days ha lanzado cuatro colecciones en porcelana inglesa y esmalte relacionadas con la boda de Meghan y Enrique –uno de los diseños combina la bandera americana, la Union Jack y varios corazones– y su CEO, Pamela Harper, está convencida de que “acontecimientos como este son fantásticos para las empresas británicas en general”.
Según Emma Bridgewater, propietaria y diseñadora de la firma homónima de cerámica, “Gran Bretaña lleva dos siglos conmemorando en porcelana sus ritos de iniciación nacionales”. Desde las nupcias del príncipe Andrés y Sarah Ferguson, ella ha comercializado 18 tazas con hitos de la realeza, y la boda real de 2011 les hizo vender “35.000 piezas”. Para el enlace de mayo ha preparado otras dos tazas, una de ellas con el texto “Game changers, free spirits, big hearts & well-suited” (“transformadores, espíritus libres, con un gran corazón y muy compatibles”). Enrique y Meghan han aprobado personalmente el diseño –con sus iniciales en dorado– de la línea oficial de porcelana en recuerdo de su boda producida por el Royal Collection Trust, una institución ligada a la corona.
Será el turismo, sin embargo, el que se lleve la parte del león. En abril de 2011 (los duques de Cambridge se casaron el 29 de ese mes), el número de visitantes extranjeros en Reino Unido superó en 350.000 personas al de abril del año anterior. Más de 600.000 personas (un 50% más que en 2010) pagaron la entrada de Buckingham Palace, donde se expuso el vestido de novia de Kate Middleton. Aunque Enrique no sea el heredero directo al trono, su noviazgo con la actriz y activista norteamericana promete ejercer el mismo poder de fascinación. Así lo cree también Laura Citron, CEO de London & Partners, la agencia para la promoción de Londres: “Estamos deseando recibir a los visitantes de todo el mundo que se unirán a las celebraciones en la capital”.
Hoteles, restaurantes y compañías de viajes tienen previstos recorridos y actividades especiales para todo tipo de públicos y bolsillos: desde las 12 libras que cuesta el Tour del Londres del Príncipe Enrique, ofertado por Traditional Tours UK (que no soslaya sus años rebeldes e incluye parada hasta en “el lugar desde el que se emitieron las disculpas oficiales por su comportamiento irreflexivo”, según publicitan en su web) a las 6.500 libras por noche del Empire Royal Wedding Package, un paquete especial del Hotel Café Royal que incluye, entre otras cosas, un viaje en limusina al castillo de Windsor, tratamiento vip en Liberty o Burberry, un tour de Londres en helicóptero o entradas para el club de polo donde se entrega el trofeo Príncipe de Gales. Patricia Yates, la directora de VisitBritain, la oficina de turismo británica, lo resume así: “Este hito pone el foco global de los medios en Gran Bretaña, lo que supone una oportunidad fantástica para mostrar todos los momentos increíbles y experiencias románticas que los visitantes solo pueden experimentar aquí”. Meghan Markle, sin duda, refrendaría esa afirmación.
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