Polémica por la relación del hijo de Mette-Marit con una chica Playboy
Marius Borg, de 21 años, sale con una joven modelo noruega un año mayor que él y su madre defiende su intimidad frente a los medios ya que no pertenece a la familia real
Marius Borg, el hijo que la princesa Mette-Marit tuvo de una relación anterior a su matrimonio con el príncipe heredero Haakon Magnus de Noruega, está en el ojo del huracán informativo por la relación que mantiene con Juliane Snekkestad, modelo, chica Playboy y con una cuenta de Instagram repleta de imágenes sugerentes. Solo con estos datos se ha desatado la polémica en el país de origen de ambos jóvenes que tienen 21 y 22 años respectivamente.
Ha sido la revista noruega Se Og Hor, la que lanzó la exclusiva de la relación de Borg con la modelo y publicó varias fotos que Marius y Juliane habían colgado por separado en sus redes sociales y en los que se les podía ver juntos celebrando el Año Nuevo y adivinar por los retratos colgados en las paredes que habían sido tomadas en el palacio de Sakagum, residencia de los príncipes de Noruega en Oslo. Borg estudiaba Economía en California, estudios que abandonó para trasladarse a Milán y prepararse para ser diseñador de moda. Pero, según Se Og Hor, el joven comparte piso con su nueva pareja desde diciembre y vive en Londres.
Esta misma revista fue la que publicó en exclusiva que Marius Borg había roto el pasado verano con la que era su primera novia oficial conocida, la también noruega Linn Helena Nilsem. Ninguna de estas informaciones se espera que sea confirmada por la casa real noruega, ya que Marius no pertenece a la familia real.
Marius Borg es fruto de la relación que Mette-Marit de Noruega tuvo con Morten Borg, antes de casarse con Haakon de Noruega en 2001. Desde entonces ha vivido con la pareja en palacio y ha sido un miembro más de la familia, a la que se han sumado con el paso de los años la princesas Ingrid Alexandra, de 14 años, y el príncipe Sverre Magnus, de 13. La relación de Mette-Marit y Haakon fue también controvertida en su momento debido a la condición de madre soltera y a la decisión de la pareja de vivir juntos antes de contraer matrimonio. Una práctica común en Noruega que, sin embargo rompió entonces las normas no escritas de las uniones reales. El paso del tiempo ha demostrado que la brecha que ellos abrieron se ha normalizado y que los nuevos herederos de las casas reales europeas prefieren casarse por amor, sea cual sea la condición y estado de sus parejas, que en matrimonios concertados como ocurría antes.
Todo ello ha podido influir en el enfado que la casa real noruega ha mostrado con el tratamiento que la prensa rosa ha dado a la relación del hijo de la princesa Mette-Marit. En un comunicado difundido por la casa real, los príncipes califican de “lamentable” la forma en la que ha sido presentada Juliane Snekkestad, a quien califican como “trabajadora” e “inteligente” y consideran que se trata de una “violación” de la vida privada de ambos jóvenes.
“Marius Borg Hoiby”, continúa el comunicado, “ha expresado en varias ocasiones que no quiere que los medios cubran su vida privada y agradece que la mayor parte de la prensa noruega lo haya respetado”.
Mette-Marit publicó hace un año una carta abierta, coincidiendo con el vigésimo cumpleaños de su hijo, en la que criticaba “la presión indigna” de parte de los medios sobre Marius y recordó que él no forma parte de la familia real y que prefiere no ser objeto del interés de la prensa.
Un argumento que los responsables de la revista Se Og Hor entienden pero que no comparten: “Marius Borg”, ha dicho su redactor jefe, forma parte de la familia más expuesta al público de Noruega y hay una larga tradición de que las relaciones y contactos de la familia real sean comentadas en público”.
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