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Patrick Schwarzenegger: “Ser Kennedy es más que un legado, es mitología”

El hijo de Arnold Schwarzenegger y Maria Shriver intenta encontrar su camino como actor tras estudiar económicas y probar en el mundo de la moda

Patrick Schwarzenegger en la Semana de la Moda de Nueva York.
Patrick Schwarzenegger en la Semana de la Moda de Nueva York.GETTY
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El marcado acento de Arnold Schwarzenegger es música para los oídos de su hijo Patrick. Lo ha escuchado toda su vida y ya ni lo nota. En los ojos del joven Schwarzenegger solo hay admiración cuando habla de su familia: “¿Por qué tendría que imitarle? No puedo hacer burla de algo que me suena de lo más normal”, aclara divertido con las muchas peticiones que recibe para que imite el acento de su padre. Patrick Schwarzenegger tiene mejores cosas que hacer que emular a su progenitor, como por ejemplo celebrar su primer gran estreno como actor. El filme en cuestión se titula Amor de medianoche, una película romántica, aunque al vástago de Terminator no le gusta este calificativo. “¡Oye, no hay nada malo con las películas románticas! Desde que tengo novia El diario de Noah y Bajo la misma estrella están entre mis favoritas”, añade en una entrevista con EL PAÍS.

Este Schwarzenegger es demasiado normal como para ser verdad. Es un poco tímido, tiene picardía y los mejores genes de una familia que entronca con los Kennedy por parte de madre. JFK y su hermano Robert fueron sus tíos abuelos. “Ser un Kennedy es más que un legado, es mitología. He aprendido tanto de la familia Kennedy que ahora solo tengo que encontrar la forma de hacerlo mío y continuar su trabajo”, confirma.

A sus 24 años, Patrick Arnold Shriver Schwarzenegger tiene muy claro su camino. Lo supo desde muy pequeño. “El mejor premio que me podían dar por ser bueno era llevarme al rodaje”, recuerda de un pasado no tan distante. Los set eran el paraíso para él, allí lo maquillaban como a Terminator o lo paseaban por la parte trasera de los estudios Universal mientras veía a su padre en acción. “Está claro que mi madre nos crió, pero mi padre era el que trabajaba a horas raras en rodajes o en política”, rememora.

Arnold Schwarzenegger junto a su hijo Patrick celebrando el Oktober Fest.
Arnold Schwarzenegger junto a su hijo Patrick celebrando el Oktober Fest.Instagram

Su familia nunca intentó quitarle de la cabeza la idea de ser actor. Tan solo le pidieron lo que muchos otros padres dicen a sus hijos cuando quieren ser actores: al menos acaba la carrera. Así que Patrick estudió empresariales, alemán e interpretación. “Claro que alguna vez pensé en abandonar mis estudios pero si lo miro de otra forma, menos mal que fui al colegio y a la universidad porque mis mejores amigos salen de esos tiempos”, asegura.

A la hora de pasearse por la alfombra roja de su primera película, el hijo del exgobernador de California prefirió la compañía de su familia y de su novia, la modelo Abbey Champion.“Mis hermanas me dicen que más vale que a mi novia le caiga bien mamá porque no se la va a quitar de encima”, bromea, a pesar de que es algo que parece cierto.

Patrick Schwarzenegger y Justin Bieber en Los Angeles el pasado 15 de marzo.
Patrick Schwarzenegger y Justin Bieber en Los Angeles el pasado 15 de marzo.gtresonline

El que tampoco se separó de Patrick —Patch como le llaman en casa— fue su amigo Justin Bieber. Tomándose un respiro de su relación con Selena Gómez, Bieber y el joven Schwarzenegger fueron el dúo más disonante de la alfombra: el cantante en chándal de Fear God, un cutis nada cuidado y cara de qué hago aquí y Schwarzenegger con su rostro angelical iluminado de alegría e impecablemente vestido de traje azul, camisa blanca y el toque informal que le daban las zapatillas blancas de piel de Common Projects Achilles. “Me siento orgulloso de llamarle amigo”, resumió. Un sentimiento mutuo a juzgar por la sorpresa que produjo ver a Bieber pisar de nuevo una alfombra roja después de años.

Además de los puros que se fuma con su padre en Navidades o por su cumpleaños (alguien que por lo demás no fuma) o de su amor por los filetes empanados que típicamente se comen en Austria, el pequeño Schwarzenegger comparte algo más con su padre: “Siempre me aconsejó que no tenía necesidad de poner todos los huevos en la misma cesta”. De ahí el pie que mantiene en el mundo de la moda. Sin descartar los vaqueros y las camisetas –el look a lo Marlon Brando o James Dean que nunca pasa de moda– Schwarzenegger es un forofo de Tom Ford, tanto director de cine como diseñador. Ambos acaban de trabajar juntos en la pasarela de Nueva York. “Al final lo del nombre es eso, un nombre. Y me siento muy orgulloso del mío. Vale que puede ser una carga o puede abrir puertas, las dos cosas. Yo con lograr una décima parte de lo que ha hecho mi familia me conformo”, remata.

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