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Supervivientes, el reality de Telecinco que comienza mañana su 17 edición en las diferentes versiones y cadenas en las que se ha emitido desde su estreno en 2000, promete poner en erupción la isla de Honduras en la que convivirán los 16 concursantes de este año. Este formato televisivo nació bajo el nombre de Supervivientes: Expedición Robinson, con concursantes desconocidos y un famoso exjugador de baloncesto, Juanma Iturriaga, como conductor. El reto de enfrentarse a la naturaleza, la aventura y las propias limitaciones eran el gancho para captar a los espectadores que siguieron el programa con un discreto 21,9% de cuota de pantalla en un momento en que Gran Hermano llegó a alcanzar diez millones de espectadores.

Los tiempos son otros y también lo son sus protagonistas. Desde hace varias temporadas, y en esta edición la muestra llega casi al límite, los concursantes son una mezcla indescriptible de famosillos que lo fueron en otro tiempo mejor; protagonistas de líos de familia y enredos amorosos colocados en un entorno hostil a la espera de que salte la chispa que active la espoleta de los truenos; especialistas en saltar de concurso en concurso de la cadena de televisión y necesitados de minutos de fama para llenar las arcas maltrechas de su economía o aumentar su caché de cara al siguiente proyecto que caiga en sus manos.

Si logran pescar, hacer fuego, construir un refugio o superar una tormenta tropical queda en un segundo plano. Porque ya no se trata de ser náufragos avispados en una isla controlada por cámaras, si no de cuándo estallará uno contra otro o qué secreto desvelará sobre un famoso de verdad algunos de los allí presentes. El casting va de eso y el de este año anuncia algunas tramas posibles.

Mayte Zaldívar, exmujer de Julián Muñoz y enemiga de Isabel Pantoja con quien le fue infiel su marido, acude al concurso junto a su pareja desde hace 15 años, Fernando Marcos, su principal apoyo durante el proceso del Caso Malaya. A la pareja se suma Alberto Isla, que tiene un hijo con Isa Pantoja y vuelve a ser pareja de la hija de la tonadillera, con quien se lleva tan mal como Zaldívar. Un triángulo que promete sabrosos comentarios para los seguidores del culebrón Pantoja, hijos, pleitos y vivencias carcelarias incluidas.

En otra esquina del cuadrilátero de los líos en favor de la audiencia se situarán Raquel Mosquera, viuda de Pedro Carrasco y lanzada a desvelar los enfrentamientos del clan Rocío Jurado contra Rocío Carrasco, hija mayor de la cantante. Ella podrá preguntar por su futuro al Maestro Joao, que además de presentar un programa de tarot en televisión y ser un perfecto desconocido para la mayoría, es fan incondicional de la fallecida Rocío Jurado sobre cuyo arte podrán hablar con Francisco, el cantante que ganó en dos ocasiones el desaparecido Festival de la OTI y que ahora canta poco y cobrará 12.000 euros por cada semana que aguante las inclemencias del tiempo. La intuición lleva a situar también en este grupo de necesitados de un empujón de fama y dinero a María Jesús Ruíz, miss España 2004, modelo y conocida por sus problemáticas idas y venidas amorosas con parejas de quita y pon.

María Lapiedra se ha ganado su sitio en la isla por ocupar horas interminables en todos los programas rosas de Telecinco desde que se supo de su relación de años con Gustavo González, paparazi, casado, colaborador habitual de Sálvame y amigo de muchos otros habituales del género. María, Gustavo y el todavía marido de la primera, Mark Hamilton que dice ser arquitecto pero ha demostrado ser un as frente a las cámaras contando hasta los mínimos detalles de la infidelidad de su mujer con el paparazi, promete otro volcán de conflictos de rentable seguimiento.

Y en el cajón de sastre que podría llevar por nombre ‘veremos el juego que dan estos’, han acomodado a un grupo de guapos expertos en concursos de este tipo y en relaciones sentimentales nacidas al calor de ellos. Sofía Suescun (ganadora de Gran Hermano 16 y tronista en Mujeres, hombres y viceversa); Melissa Vargas que pretendió a Suso, un ex de Sofía en este mismo programa; y dos macizos de libro destinados a levantar pasiones y enfrentamientos amorosos si se dan las circunstancias que esperan quienes han elaborado este enredoso y hábil casting: Logan, un melenas estudiante de economía y amante del deporte que la cadena presenta con el rimbombante título de “el hombre más guapo del país”; y Sergio Carvajal, modelo, influencer y con casi 900.000 seguidores en Instagram. Pone el broche de oro en este bloque Romina Malaspina, que probó suerte en Gran Hermano Argentina en 2015 y fue expulsada del concurso por agredir a una compañera. En su descargo consta que es modelo, influencer, chica fitness y cuerpo escultural.

El cuadrilátero se completa con un grupo variopinto que además de atracción por la paga semanal puede que aún conserve algo de interés por la aventura de supervivencia que inspiró este programa. En esta liga están Adrián Rodríguez, actor y cantante que ya participó también en Tu cara me suena de Antena 3, e Isabel Castell, una economista y licenciada en ciencias políticas que fue portada de la revista Interviú en junio de 2017 mientras era directora de una sucursal de banco.

Y sin saber siquiera cómo y dónde clasificarla, salvo por su gracejo demostrado, queda la guinda del pastel de esta brigada de famosos de cuarta o quinta generación que están a punto de lanzarse al mar desde un helicóptero para nadar a una isla perdida. Se trata de Saray Montoya, gitana, miembro de la familia de Los Farrucos y conocedora del poder de la televisión desde que participó en el programa de Cuatro, Gipsy Kings.

Todo un cóctel molotov que espera reventar audiencias a base de mostrar más de los mismo pero que puede acabar como la última edición de Gran Hermano, a poco que los responsables de esta entrega se hayan pasado de frenada.