15 fotosPaz en las aulas de ToribíoLos indígenas nasa, habitantes del municipio más hostigado del conflicto colombiano, buscan una transición definitiva que mejore sus condiciones de vidaJavier Sulé OrtegaColombia - 02 mar 2018 - 00:16CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinBlueskyCopiar enlaceToribío es la cabecera de un municipio del norte de la región del Cauca, en Colombia, de unos 30.000 habitantes, en su mayoría población indígena del pueblo nasa. Es una de las áreas más castigadas por la violencia del conflicto colombiano.Javier Sulé OrtegaTras dos años de no escuchar ni un solo disparo más, dos niñas alumnas de la Institución Educativa Toribío escriben un cartel de bienvenida a su escuela en español, inglés y en la lengua indígena local nasa yuwe, que las autoridades nasa se proponen rescatar para que no se pierda. Javier Sulé OrtegaAlumnos y alumnas en un aula de la Institución Educativa Toribío, donde estudian más de 1.000 niños repartidos en turnos de mañana y tarde. “El ambiente aquí solo era de guerra, guerra y guerra. El fuego cruzado era constante. Los niños más sensibles quedaban en shock y necesitaban tratamiento psicológico", recuerda la anterior directora, María Elena Santacruz.Javier Sulé OrtegaDos alumnos de la Institución Educativa Toribío en una actividad cultural donde muestran en su trabajo sus anhelos de paz.Javier Sulé OrtegaEstudiantes de Toribio montados en una chiva, el transporte autóctono de las zonas rurales de Colombia, de camino a una actividad pedagógica. La programación de salidas educativas muestra hoy una normalidad escolar antes impensable. Javier Sulé OrtegaEstudiantes del Cedicic, la universidad indígena nasa, realizando prácticas de electrónica. Aquí más de 400 jóvenes indígenas estudian temas relacionados con la agroecología, la economía y el desarrollo o las ciencias sociales.Javier Sulé OrtegaEstudiantes del CECIDIC en un descanso frente a mural que representa la resistencia indígena nasa. De un tiempo a esta parte en Toribío han abierto nuevos negocios, la gente vuelve a salir tranquilamente de noche a sentarse en el parque y muchas fachadas de las casas se han pintado con hermosos murales. Javier Sulé OrtegaEn la plaza principal de Toribío los niños pueden jugar ahora por fin a todas horas con total tranquilidad.Javier Sulé OrtegaSigifredo Pavi, gobernador indígena nasa de Toribío, ha mostrado ya su preocupación por la presencia de nuevos actores armados en todo el norte de la región del Cauca que, según él, vinieron a ocupar espacios que antes controlaban las FARC. Javier Sulé OrtegaEl búnker de la estación de policía de Toribío, en pleno centro del pueblo y a escasos 100 metros de la escuela local, siempre estuvo en el punto de mira de las FARC, que atentó numerosas veces contra ella.Javier Sulé OrtegaLos efectos de la destrucción y la guerra todavía son visibles en ciertas partes del pueblo de Toribío,donde los ataques de las FARC destruyeron centenares de viviendas.Javier Sulé OrtegaMaría Elena Santacruz fue la directora de la Institución Educativa Toribío, en los peores años de la guerra en el pueblo, cuando su escuela debía ser evacuada cada dos por tres por el fuego cruzado entre Ejército y guerrilla.Javier Sulé OrtegaUn guardia indígena camina con los niños de la escuela tras ser evacuados después de sentirse una fuerte explosión en los alrededores de Toribío. Con su bastón de mando y su emisora de radio, elegía el camino más seguro para dejar a los pequeños en sus casas. Una escena muy común años atrás.Javier Sulé OrtegaUnas estudiantes caminan apresuradas a buscar refugio después de que suenen las alarmas en el pueblo por un posible hostigamiento de la guerrilla, hecho muy frecuente tiempo atrás.Javier Sulé OrtegaLa comunidad indígena nasa ha activado el llamado control territorial ante las amenazas de nuevos grupos armados. La guardia indígena, un contingente de 8.000 hombres y mujeres de todas las edades, velan por defender y vigilar sus resguardos sin armas, solo con un bastón de mando. Javier Sulé Ortega