‘Miembras’ y ‘portavozas’
Me decido a escribir esto tras mi experiencia como madre y tras una conversación que tuve con una amiga, procuradora, autónoma y ahora madre de una preciosa niña de un mes. En esa conversación me enteré de que el sistema de notificaciones judiciales con el que trabaja no se paraliza y que, por tanto, no podrá desconectar; trabajará desde casa y dando gracias por los ratos que su pequeña descanse. Ante esto, pregunto: ¿qué medidas de conciliación reales se prevén para las madres autónomas? No vale que me digan que existen contratos bonificados, porque entonces les diré que caerían en la ruina, no pueden dejar de trabajar y pagar a alguien. Ni las pantomimas que prevén los boletines oficiales, porque no tienen aplicación real. Ni siquiera se han planteado cómo parar ese sistema de notificaciones a través del que trabajan estas madres, que no deben de merecer descanso alguno. Esto es un problema real y no el lenguaje utilizado en sus charlas. A mí me da igual que me llamen portavoz y no portavoza, o miembro y no miembra. A mi amiga, también, y a muchas como nosotras, lo mismo.— Àngels Salvador.
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