El silencio ante la prostitución
Celebro enormemente la aparición de movimientos como MeToo para denunciar los abusos sexuales sufridos por mujeres, como celebro cualquier iniciativa que tienda a disminuir y eliminar cualquier situación degradante e injusta. Sin embargo, me sorprende el estruendoso silencio acerca de otro fenómeno decididamente intolerable: la situación de miles de mujeres obligadas a ejercer la prostitución en siniestros clubes de alterne o a la intemperie. A estas alturas, nadie puede alegar desconocimiento alguno sobre los macabros protocolos de las mafias y la inhumana existencia de miles de mujeres, la inmensa mayoría de procedencia extranjera, incapaces de liberarse de una condena mafiosa. Es preciso iniciar ya una campaña contra ello con idéntico impacto mediático al iniciado sobre los abusos. Y es urgente acabar con los debates estériles sobre la prostitución y liberar a esas mujeres.— Juan Fernández Sánchez. Madrid.
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