_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Instrucción 10

Sienta una repulsión demente. No por ella, sino por lo que han hecho: por lo que se han hecho

Leila Guerriero
Cuando la banda sale al escenario, ella aulla, salta.
Cuando la banda sale al escenario, ella aulla, salta.Getty Images

Están juntos desde hace quince años. Después de mucho tiempo, hacen algo que antes hacían a menudo: van a un recital en un parque. Sorpréndase cuando el olor de los baños químicos mezclándose con el de la comida de decenas de puestos ambulantes, que antes lo enardecía, ahora le produzca náuseas. Piense que ella, de todos modos, parece contenta, despreocupada. Coman algo. Deambulen. Cada tanto pregúntele: “¿A qué hora empieza?”, en el mismo tono en que le pregunta: “¿Pagaste el seguro del auto?”. Sepa que ella detectará en su voz la nota de fastidio. Note cómo se contrae al responder: “Falta una hora”, para después sumergirse en un silencio hosco. Sin embargo, cuando el recital está por comenzar, ella lo toma alegremente de la mano y tracciona hacia adelante, buscando sitio entre la multitud. Usted había olvidado ese brío, esa firmeza. Sienta un rayo de admiración, que se esfuma rápido. Ella se vuelve y lo mira con una sonrisa plena. Sienta que ella no está feliz: que actúa desesperadamente como si lo estuviera. Cuando la banda sale al escenario, ella aulla, salta. Siéntase incómodo, avergonzado, como si estuviera con una mujer desconocida, escandalosa. Pregúntese: “¿Ella era así antes?”. Y después: “¿Antes de qué?”. De pronto, en mitad de un tema, ella se cuelga de su cuello y lo besa seminalmente, como si quisiera matarlo. Responda al beso con los labios duros, refractarios. Sienta que ella es un anzuelo intentando capturar el recuerdo de un recuerdo muerto, un gran instrumento inútil haciendo esfuerzos por volver a sonar. Sienta que todo es deforme y falso, un cuento que ella se cuenta a sí misma porque nunca dejará de buscar en usted al héroe que jamás fue, o que fue antes, o que fingió ser cuando ella era alguien a quien usted codiciaba. Sienta una repulsión demente. No por ella, sino por lo que han hecho: por lo que se han hecho.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Leila Guerriero
Periodista argentina, su trabajo se publica en diversos medios de América Latina y Europa. Es autora de los libros: 'Los suicidas del fin del mundo', 'Frutos extraños', 'Una historia sencilla', 'Opus Gelber', 'Teoría de la gravedad' y 'La otra guerra', entre otros. Colabora en la Cadena SER. En EL PAÍS escribe columnas, crónicas y perfiles.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_