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El no ya lo tienes
Columna
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Gracias gente maravillosa

Ellos han conseguido, con sus pequeños detalles, que mi existencia sea como un atardecer en Mazarrón

Cristiano Ronaldo con tres de sus hijos.
Cristiano Ronaldo con tres de sus hijos.Instagram

El 2017 ha sido genial: Cristiano Ronaldo ha sido padre de tres criaturas (a este ritmo cuando termine su contrato con el Real Madrid habrá aportado 24 personas humanas al mundo), Bertín Osborne y Arévalo se han reconciliado, hemos recuperado las medias de rejilla, Julio Médem ha quitado el gotelé de su casa y luego tenemos a Trump velando el botón nuclear. Todo fetén. La única pega es que no hemos tenido noticias de Cataluña. ¿Cómo estáis catalanes? ¿Tots contents? No news, good news?

También para mí ha sido un gran año, principalmente por la gente que me rodea. Ellos —personas anónimas en su mayoría— han conseguido, con sus pequeños detalles, que mi existencia sea como un atardecer en Mazarrón. Ha llegado el momento de darles las gracias.

A mi mujer, que me regaló un sinfín de frases inacabadas: “¿Has llamado a…?”, “El sábado vamos a comer con…”, “El martes por la tarde puedes ir…?”. GRACIAS.

A mi representante, que fulminó todos mis silencios con palmadas en la espalda, acompañadas de la expresión a voz en cuello: "¡Estás muy callado!". GRACIAS.

A mi amigo Carlos Areces, que no desaprovechó ninguna oportunidad para corregirme delante de la gente —recuerdo cuando dije “rintintín” en vez de “retintín” o “a la vejez ciruelas” o "Ella y su prima lo tenían todo meticulado"—. GRACIAS.

A mi vecino del tercero, con el que compartí trayectos en el ascensor oyendo su respiración. GRACIAS.

A ese mago que me encontré en el AVE y que estuvo haciéndome trucos de naipes en la cafetería, hasta que llegamos a Málaga. GRACIAS.

Y sobre todo a nuestro presidente Rajoy, por… por… por…

(Ahora entiendo a mi mujer).

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