Eugenia Martínez de Irujo, una duquesa en la portada de ‘Shangay’

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Eugenia Martínez de Irujo, al menos públicamente, es la más parecida a su madre de los seis hijos que tuvo Cayetana Fitz-James Stuart, duquesa de Alba, fallecida en noviembre de 2014. Igual que ella, se mueve como pez en el agua entre los personajes del mundo del arte, ya sean diseñadores, músicos, actores o escritores. Y comparte con su madre esa vena empática, moderna y algo trasgresora que tenía su predecesora a pesar de que las separaran cuatro décadas.

Eugenia Martínez de Irujo es capaz de sentirse igual de cómoda casándose con un torero en la mismísima catedral de Sevilla, con diadema de princesa incluida, que compartiendo una imagen en su cuenta de Instagram, en la que tiene 83.700 seguidores, de una boda no confirmada en Las Vegas con su actual pareja, Narcís Rebollo (presidente de Universal Music en España y Portugal), vestidos de Elvis Presley y Marilyn Monroe. Diseña joyas para la empresa Tous y sabe divertirse sin prodigarse más de la cuenta en los medios. Pero en esta ocasión, ella, que no es muy proclive a posar para la prensa, ha hecho una excepción y posa para la portada de la revista gay Shangay, concretamente al número de la publicación dedicada a la gastronomía.

Según cuenta en un previo Nacho Fresno, subdirector de la revista, el proyecto se le planteó a la duquesa de Montoro hace unos meses y dijo que sí desde el primer momento. El único inconveniente fue encontrar un hueco en su agenda. Ninguna condición sobre la localización, fotógrafo o maquillador. Normalizar la situación del colectivo LGTBI le pareció suficiente motivo a Eugenia Martínez de Irujo, de 49 años, para lanzarse a una sesión de fotos y una entrevista que solo hace confirmar su compromiso con un colectivo de la sociedad que intenta visibilizar y normalizar su condición sexual.

“Es cierto que soy muy antifotos, pero es porque no me gustan, no por otra cosa: detesto lo de posar, pero Shangay es una revista en la que me apetece estar”, afirma Cayetana Martínez de Irujo en la revista. Interrogada sobre si a veces puede llegar a sentirse como fuera del lugar que le corresponde por posición social, responde con naturalidad: “No, nunca me he sentido así. Lo que ocurre es que me encantan las mezclas de gentes, y estar en todo tipo de ambientes. Aunque mucho más en unos que otros, ¿eh? Pero sí, me siento cómoda mezclando: creo que en la variedad está lo perfecto. A lo mejor a la hora de hacer una reunión de amigos, o una fiesta, pues me encanta juntar a gente de varios ambientes, no me gusta nada estar encasquetada solo en un sector. Aunque soy también muy de mis amigos de toda la vida, los que tengo desde el colegio, con 11 o 12 años. Pero sí, tengo muchos amigos en el mundo del cine, en la música, del arte...”.

También se le pregunta sobre su empatía con el mundo gay y si en algún momento habló con su madre sobre el tema. “No, nunca hablamos del tema. Surgió de forma natural, la vida evoluciona. Yo es que lo veo con toda naturalidad y... bueno, es como mi hija, que lo ve todo con una naturalidad... Es como antes, en los colegios, lo de los padres separados, pues chocaba mucho. Y lo del mundo gay, pues igual. ¡Que cada uno haga lo que quiera! Hoy en día, lo raro es que no se acepte con naturalidad”. Su condición de duquesa de Montoro también lleva a pedir su opinión sobre el inmovilismo en el que suele estar anclada la aristocracia española. Y su respuesta no puede ser más natural. “Me muevo muy poco en el mundo de la nobleza [carcajada]. No puedo opinar mucho. Lo que espero es que se vaya a adaptando, si no es así pues ya te digo que me parece de tener las cabezas muy cerradas. Me parecería antediluviano. Y en el sentido legal, pues asiste el derecho. Por supuestísimo”.

No hay muchos casos de aristócratas posicionándose tan claramente en defensa de la libertad sexual, pero Cayetana Martínez de Irujo tuvo otro predecesor egregio: el príncipe Guillermo de Inglaterra. El segundo en la línea de sucesión al trono británico rompió todos los moldes al aparecer en junio del año pasado en la portada de la revista LGBT Attitude, convirtiéndose así en el primer miembro de la familia real británica en posar para un medio de este tipo. El príncipe Guillermo recogía en cierta manera el testigo de su madre, la princesa Diana de Gales, muy implicada personalmente en el apoyo a las personas con VIH.

Para la portada, el duque de Cambridge se reunió con nueve miembros del colectivo LGBT que habían sido víctimas de abusos debido a su orientación sexual o su identidad de género. Y en el reportaje realizó unas manifestaciones que no dejan lugar a dudas sobre su postura ante este asunto: “Nadie debería ser acosado por su sexualidad o cualquier otra razón y nadie tendría que enfrentarse al odio que estos jóvenes han encontrado en sus vidas. Los jóvenes gais, lesbianas y transgénero que he conocido a través de Attitude han sido muy valientes hablando de esto y dando esperanza a las personas que están sufriendo un acoso terrible ahora mismo. Este sentido de la fuerza y del optimismo debería darnos a todos el ánimo para plantarnos contra el acoso dondequiera que lo veamos”.