Todos hablan de 'Dark' pero ‘Top of the Lake’ es la serie más inquietante y oscura del año
Elisabeth Moss es la detective Robin Griffin en la segunda entrega de esta ficción televisiva que estrena HBO este miércoles y funciona como un reverso feminista de 'Mindhunter'
Ha habido que esperar cuatro años para disfrutar con la segunda entrega de Top of the Lake, que lleva por título China Girl (de nuevo formada por seis capítulos), y la espera ha merecido, sin duda, la pena. Con permiso de Twin Peaks, de David Lynch, esta es la serie de año. Y para los que no disfruten con los universos brumosos y alterados del director estadounidense, aquí tienen un buen antídoto. Mucho más narrativo, accesible en apariencia, pero igualmente siniestro, oscuro y retorcido.
HBO estrena ahora las dos temporadas. La segunda de ella, igual que pasó con la nueva entrega de las pesadillas del Agente Cooper, se pudo ver en el pasado Festival de Cannes. Que fue cuando las series cobraron (por fin) la recompensa que venían reclamando desde hace tiempo. Jugar en las ligas importantes, enfrentarse cara a cara con las películas y demostrar que la televisión (con sus características y condicionantes) es un medio igual de válido a la hora de contar buenas historias y hacerlo de una manera cinematográfica.
Spoiler muy sutil: Tras la aventura en Nueva Zelanda, la agente Robin Griffin vuelve a incorporarse a la Policía de Sidney. El caso de la primera temporada, la desaparición de una niña cerca de un lago, le ha pasado factura (no es para menos). Así que su carácter se vuelto todavía más rocoso y su obsesión por el trabajo, como vehículo para olvidar algunos traumas que los fans de la serien ya conocen, ha crecido todavía aun más. Elisabeth Moss borda, de nuevo, este complejo personaje cargado de matices y repleto de aristas.
Sin duda, ha sido el año de la actriz. Tras protagonizar El cuento de la criada, la adaptación del libro de Margaret Atwood, y participar en The Square, la película que obtuvo la Palma de Oro. De la ciencia-ficción distópica y feminista a a la crítica al mundo del arte moderno hasta regresar a las órdenes de Jane Campion, directora de Top of the Lake. La cineasta neozelandesa acierta a la hora de crear atmósferas turbias y siniestras en esta intriga ambientada en los bajos fondos (el mundo de la prostitución) de Sidney y que tiene como trama principal un tema tan actual como los vientres de alquiler y la lucha de las mujeres contra el machismo impuesto por una sociedad violentamente heteropatriarcal.
Spoiler muy sutil II: Como en la primera parte, aquí también hay un caso con una joven que desaparece, en este caso una prostituta que aparece en el bahía de Sidney dentro de una maleta. Y este hecho desencadena la trama, que se mueve entre el serial de literatura negra más clásico y el drama íntimo más personal. La directora de Bright Star sabe encontrar el equilibrio perfecto entre los dos niveles narrativos y también acierta de pleno en la diana cuando comienza a hilvanar subtramas -la del ‘fantasma’ del pasado que vuelve al encuentro de Robin es, simplemente, brutal- y la historia cobra una dimensión coral.
Si en la primera parte recuperaba a una actriz fetiche para ella como es Holly Hunter (protagonista de El piano), aquí el guiño es para Nicole Kidman, con la que rodó Retrato de una dama. La australiana tiene un papel de esos que se ofrecen para el lucimiento y lo aprovecha. Una alegría para una carrera que iba a la deriva en muchos sentidos. Aunque los grandes descubrimientos son el sueco David Dencik (al que habíamos visto ligeramente en El topo y Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres, con muchas conexiones, por cierto, con Top of the Lake) que interpreta al siniestro e inquietante Puss; y Alice Englert, hija de Jane Campion, de 23 años, que interpreta a una joven atrapada en las redes de un negocio turbio.
Otra actriz que se incorpora este temporada es la británica Gwendoline Christine, conocida por los fans de Juego de Tronos por interpretar a Brienne de Tarth. Ella es la compañera de Elisabeth Moss, y entre ambas forman una pareja de detectives que rompe con el tradicional rol masculino que suele venir aparejado con las historias de este tipo. En este sentido, la serie se plantea como el reverso (necesario) feminista de, por ejemplo, la reciente Mindhunter, de David Fincher. Ahora solo hay que esperar que Campion no tarde cuatro años en volver a entregar nuevos capítulos.
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