Mi patria querida
Mi corazón no es ni de Cataluña ni de España. Mi corazón es de mi patria querida, mi familia. Y todo aquello que se interponga entre nosotros será de mi desagrado. El procés lo ha hecho. Ha conseguido llegar a lo más profundo de mi familia rompiendo en pedazos el querido vínculo que nos unía. Este fin de semana, los cálidos besos de mi abuela se tornaron en amargas lágrimas de impotencia por parte de ella. No sé cómo, ni cuándo, ni por qué… Sólo sé que los ejecutores de la gran mentira que es el procés han logrado radicalizar a mi abuela: una mujer ejemplar, risueña, sencilla. Creo que nada vale tanto como para justificar esta grandísima fisura que hemos sufrido el pueblo de Cataluña. Pero desde luego, sé que no quiero formar parte de ello.— Marc Gay Bartol. Cervelló (Barcelona).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.