Hace tres décadas era una villa de pescadores. Hoy es el Silicon Valley de China.
El barrio de Baishizhou.James RajotteMercado de electrónica de Huaqiangbei, una enorme superficie donde se venden todo tipo de componentes tecnológicos en el centro de Shenzhen.James RajotteUn ingeniero de esta compañía en la sala donde prueban sus móviles.James RajotteLos europeos Kristina Cahojova y Hynek Jemelik (inventores de un medidor de fertilidad femenina) han creado sus productos en la aceleradora de start-ups HAX, en Shenzhen.James RajotteEl chino Jason Gui, con sus gafas inteligentes.James RajotteDavid Chang, del fondo de inversión MindWorks.James RajotteUn trabajador de la 'start-up' Soundbrenner.James RajotteBay McLaughlin, cofundador de BRINC, una aceleradora de start-ups tecnológicas con sede en Hong Kong. Trabajó 10 años en Silicon Valley hasta que percibió que la siguiente revolución, la del hardware, sucedería en el sur de China.James RajotteUna empleada de Tencent, creadora de WeChat y una de las mayores empresas de Internet del mundo, fundada en Shenzhen.James RajotteUna inscripción define la filosofía de la ciudad: “El tiempo es dinero. La eficiencia es la vida”.James RajotteEric Hu, fundador de la empresa de drones Swellpro.James RajotteYu Chengdong, CEO de Huawei.James Rajotte
