Sólo Janusz Korwin-Mikke es distinto

Al eurodiputado polaco Janusz Korwin-Mikke no le han servido la sanción del pasado marzo —el equivalente económico a las dietas de 30 días— ni la suspensión de su actividad parlamentaria durante 10 sesiones, tras justificar el menor salario de las mujeres porque “son más débiles” y “menos inteligentes”. Ahora ha culpado del problema demográfico de la despoblación rural a que “trabajen fuera de casa” y “tienen menos hijos”. Huelga manifestar que el pensamiento del político se mantiene fiel a una supremacía —doctrinal y torpe— que no sólo forma parte de los libros de Historia, sino que fue lo que más daño produjo entre iguales durante el siglo XX. Sólo me consuela creer que cualquier atisbo de irracional crítica suele llevar implícito un elevado porcentaje de incapacidad para llegar a ser o sentir lo mismo que el subestimado. Y es que si las líneas torcidas del pensamiento de Janusz fueran fuertes, inteligentes, y capaces de dar vida tras nueve meses de gestación, probablemente se acercarían al ser y sentir de la mujer actual, que superados viejos tiempos no precisa reivindicarse cada día para resultar única, igual, e imprescindible social, laboral y familiarmente hablando.— Luis Alberto Rodríguez Arroyo. Santo Tomás de las Ollas (León).