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#LASCOSASDELATANA

Racismo pornográfico

El terrorismo también saca a la luz lo peor de la pornografía

Si creen estar acostumbrados a todos los insultos conocidos, no se confíen; aún pueden sorprenderles. Si eso ocurre, invito a los vilipendiados a conocer más a los que escupen y a preguntarse a sí mismos cuánta razón tienen. Yo lo he hecho. Y no saben cuánto he disfrutado.

Naomi Campbell, bellezón con piel de ébano en una sesión de fotos de lencería.
Naomi Campbell, bellezón con piel de ébano en una sesión de fotos de lencería.Dimitrios Kambouris (GETTY)

Ocurrió en Twitter, en mitad de la vorágine después de los atentados de Barcelona. La tragedia me pilló en el norte de vacaciones y reconozco que me informé de casi todo a través de las redes sociales. Dejémoslo en que mi perfil tuitero me da muchas satisfacciones y también me provoca algún que otro encontronazo, más o menos como a cualquiera. El caso es que andaba yo pegándome (sí, pegándome) con todos aquellos que sacaron katana contra todo lo que fuera de más abajo de Tarifa, cuando me encontré con este mensaje:

¡Glub!

Un tipo pidiendo que no consumamos nada árabe, con la más firme intención de dejar de tener trato alguno con todos los que, según su parecer, son susceptibles de provocar matanzas como las que están sacudiendo nuestra existencia. Un idiota más confundiendo árabe, musulmán, islámico e islamista. A esto solo puede reaccionarse tratando de que se avergüence (con la esperanza de que rectifique). A esa islamofobia recalcitrante, ignorante y tan peligrosa que tan fácilmente se pasea por las redes sociales, hay que combatirla. Creo que son otros los que están dando mejores argumentos que yo respecto a este asunto. Igual que admito que son otros los que mejor saben explicarlo. Pero en esta batalla estamos implicados todos y cada uno de nosotros puesto que somos responsables del tipo de sociedad que estamos creando. Y me niego a quedarme de brazos cruzados cuando ocurre cerca de mí.

Al tipo en cuestión no le pareció bien que lo señalara. Lo de que te pongan un espejo para ver lo mierda que eres no es fácil; lo admito. Así que se envalentonó y me profirió un insulto que, hasta ese momento, nadie había utilizado contra mí. Me llamó FOLLANEGROS. Con todas las letras. Xenófobo por odiar a los musulmanes, racista por odiar a los negros. Así que me fijé más y quise saber quién era. Tenía curiosidad por conocer a este actor y productor de porno, cuyo único acierto que le encontré en un primer vistazo en su vida profesional es haber contado en alguna ocasión con Jordi, el Niño Polla de mis amores.

No esperen mucho más. No lo hay.

Lo único que podría aplaudirle es pertenecer a un gremio que respeto y al que recurro en muchas ocasiones, tanto profesionales como personales. No lo conocía, confieso. Aunque sí a alguna de las mujeres que protagonizan con él escenas en redtube.com. Con escasa repercusión, por cierto. A pesar de tratarse de secuencias que se ofrecen gratuitamente, algunas no superan apenas el centenar de visitas. A cambio, en su perfil de twitter y en algunas entrevistas en la red encontré guiños a Torbe y evidencié que es un homófobo de libro.

Ojalá los grandes productores y actores de la industria pornográfica lo tengan en cuenta cuando se crucen con él. Creo firmemente que la campaña contra el racismo y la homofobia debe de hacerse desde todos los frentes, incluyendo cómo no, la pornografía. Otro porno es posible. Ojalá no cruzarnos con personas que consideran que tener sexo con negros es denigrante o que convivir con personas de otros países que profesan la religión que quieran favorece el terrorismo. Respeto a las personas, pero no tengo por qué respetar sus ideas. E intento encaminarme hacia el laicismo, la tolerancia y el respeto. Se llama educar. Y hasta en el porno hay que educar.

La palabreja, follanegros, me provocó, sin embargo, una reflexión personal. E instigó que no me quedara otra que reconocer que mi sexualidad con personas de raza negra es nula. Nula. El primer negro al que me hubiera gustado conocer más allá de un saludo, es Michael Jordan, del que me enamoré profundamente en la adolescencia. Recuerdo aquel Dream Team casi como un harén, en el que Jordan brillaba con su bendita presencia. Seguí haciendo examen de conciencia y reconocí que la lista de negros apetecibles se me ampliaba. Pocos hombres me parecen tan codiciados como el jamaicano Usain Bolt. O como los actores Samuel L. Jackson y Denzel Washington. Sin olvidarnos de Naomi Campbell. Cualquiera de estos negros reúnen todos los parámetros para formar parte de mis humedales intenciones. Bigardos todos que, por cierto, podrían darle con la barbilla en la cabeza al idiota que pretendió insultarme llamándome follanegros. Qué bueno fue que lo hiciera. Así me obligué a indagar más sobre su vida profesional y empaparme de la personal que él mismo evidencia para darme cuenta de que ojalá, antes de que muera, pueda compartir el tiempo que haga falta con personas de otras raza en mi propia cama. Me llamen lo que me llamen.

Para terminar, permíteme Robin Reindx que te diga que, siendo como eres… Bastante tienes con poder dedicarte al porno de tercera. De ahí no pasarás. ¿Apuestas?

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