15 fotosUn pulso a la guerra en ColombiaLa Comunidad de Paz de San José de Apartadó es una de las experiencias de resistencia civil contra la guerra más significativas de ColombiaJavier Sulé OrtegaColombia - 25 ago 2017 - 08:51CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceDesde que decidieran declararse población civil al margen del conflicto, un mecanismo establecido por el derecho internacional humanitario, la Comunidad de Paz contabiliza unos 300 asesinatos y más de 1.000 agresiones.La Comunidad de Paz nunca permitió la presencia de la fuerza pública ni de ningún otro actor armado en sus espacios. Si sucedía, como en el caso de la imagen con unos militares, sus miembros acudían al lugar y les invitaban a marcharse no sin que, en ocasiones, se produjeran momentos de tensión. Brigadas Internacionales de Paz y otras organizaciones de no violencia como la anglosajona FOR o la italiana Palomas de la Asociación Comunidad Papa Juan XXIII que velan por la integridad de la Comunidad haciendo presencia permanente o semipermanente en el caserío de San Josesito y en otras veredas. Igualmente acompañan a sus líderes cada vez que se han de movilizar fuera de sus espacios. La solidaridad internacional ha sido clave para la supervivencia de esta experiencia de resistencia civil contra la guerra. A 12 kilómetros de Apartadó, la cabecera municipal de la subregión del Urabá, se encuentra San Josesito. Se trata de una finca de su propiedad donde la Comunidad construyó su proyecto de vida en medio de la guerra y de continuas agresiones.La vida en San Josesito puede parecer tranquila pero hoy la Comunidad vuelve a estar amenazada por la presencia de un grupo paramilitar que trata de tomarse nuevamente la región, según denuncian sus pobladores. San Josesito es el corazón de la Comunidad de Paz y donde viven unas 80 familias que no solo consiguieron subsistir sino que fortalecieron su propuesta de construcción de paz. Los bloqueos al paso de alimentos a los que eran sometidos la Comunidad, les obligó a buscar un modelo propio de soberanía alimentaria. En la Comunidad se siembra principalmente frijol, arroz, yuca y maíz para autoconsumo, pero generaron también proyectos de comercialización de plátano y cacao orgánico. Partido de fútbol femenino en Mulatos, ubicado a siete horas de San Josesito y una vereda muy simbólica para la Comunidad, pues allí se cometió parte de la llamada masacre de San José. En estos 20 años de vida, la Comunidad ha resistido, ha sufrido y ha llorado, pero también sabe encontrar sus momentos de esparcimiento. Miembros de la Comunidad de Paz subiendo a la vereda de Mulatos, una de las 32 poblaciones rurales del corregimiento de San José de Apartadó, donde también viven familias miembro de la Comunidad. La Comunidad de Paz creo su propio reglamento con principios que, entre otras cosas, dicen que sus miembros deben comprometerse a no participar directa o indirectamente en la guerra o a no consumir bebidas alcohólicas.Asamblea de la Comunidad de Paz. A nivel organizativo, es el llamado Consejo Interno elegido democráticamente cada cierto tiempo quien asume la responsabilidad política del buen funcionamiento de la Comunidad en comisiones.Una niña en un aula de la escuela de San Josesito. La educación ha sido un tema complejo para la Comunidad, especialmente cuando el Estado se negó a brindarles maestros y tuvieron que asumir ellos mismos un proyecto educativo alternativo. Los jóvenes tienen la opción también de ir a estudiar a la cercana Apartadó, la ciudad cabecera del corregimiento. Para la Comunidad de Paz preservar la memoria de las víctimas es fundamental y parte de sus esfuerzos los dedican a crear espacios que recuerden a aquellos que fueron asesinados y ya no están entre ellos. Doña Brígida es una de las fundadoras y lideresas de la Comunidad de Paz. Un 24 de diciembre, paramilitares y militares asesinaron a su hija de 15 años. Su otro hijo quiso vengar la muerte de su hermana y se fue para la guerrilla donde murió en un combate con el Ejército. Sin embargo, ha sido consecuente con su compromiso de no violencia y su apuesta por la vida. Dice no guardar odio ni rencor.La Comunidad de Paz celebró recientemente su 20 aniversario y lo hizo con un amplio reconocimiento de organizaciones e instituciones internacionales que estuvieron presentes en la conmemoración.