Barrer con todo

Algunos se han echado las manos a la cabeza viendo el provocativo cartel de la CUP y la escoba, pero no se podía esperar otra cosa de una formación de corte leninista con pretensiones de “depurar” la vida pública y que, desde su nacimiento, no ha dejado pasar oportunidad para exhibir su fervor revolucionario: desde el viaje de su dirigente Anna Gabriel a Venezuela en 2014, invitada por Maduro, para debatir sobre la autodeterminación de los pueblos (¡menuda paradoja!), la edición de un manual del okupa donde se dan instrucciones para reventar cerraduras de puertas ajenas, el acoso vandálico a los turistas con la coartada del deterioro de los barrios, hasta el escrache al cuartel de la Guardia Civil en Barcelona. No nos puede sorprender nada de un partido que nunca ha ocultado que, para ellos, el independentismo no es un anhelo patriótico, sino una mera herramienta revolucionaria para socavar las estructuras del Estado y, así, terminar con la “opresión” de la burguesía. Pero eso no es lo grave, cada uno es libre de soñar con el “paraíso” que le plazca, lo preocupante es que estos personajes tengan secuestrado al Govern de la Generalitat y que de sus votos dependa el futuro de Cataluña.— Ignasi Castells Cuixart. La Garriga (Barcelona).