10 fotosPortugal y el robo de azulejosLa que fuera la mansión del marqués de Pombal figura entre los edificios en alto riesgo, registrados por el proyecto SOS Azulejo lanzado en 2007 14 ago 2017 - 08:02CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceEn 2001, 2002 y 2006 los robos alcanzaron niveles récord, con una decena de miles de azulejos robados. "Actualmente hay muchos menos” robos, según la experta. Desde 2013, la demolición de fachadas decoradas con azulejos está prohibida en Lisboa sin previa autorización de la municipalidad, una regla el Parlamento extenderá a todo el país.PATRICIA DE MELO MOREIRA (AFP)Leonor Sa, 59 años, comisaria del museo de la policía judicial y responsable del proyecto SOS Azulejo, plantea una foto en la sede de la policía judicial en Lisboa.PATRICIA DE MELO MOREIRA (AFP)Una pareja pasea por el centro de Lisboa, delante de una casa donde han sido robados o desprendidos varios azulejos.PATRICIA DE MELO MOREIRA (AFP)Los azulejos forman parte del patrimonio arquitectónico portugués ya través de los años han sido robados o robados de espacios públicos, como fachadas de edificios o palacios abandonados y vendidos en mercados de bajo precio a turistas. SOS Azulejo es un proyecto, parte de la policía, para combatir el robo, el vandalismo y el abandono de las baldosas históricas y artísticas portuguesas, tanto del pasado como de la época contemporánea.PATRICIA DE MELO MOREIRA (AFP)La ceramista Cristina Pina, pinta en su estudio tienda del barrio de Alfama en Lisboa, Portual.PATRICIA DE MELO MOREIRA (AFP)Cristina Pina dibujando encima de un azulejo en su taller.PATRICIA DE MELO MOREIRA (AFP)Es muy común ver fachadas de edificios completamente sin sus azulejos originales.PATRICIA DE MELO MOREIRA (AFP)En el popular mercadillo de la Feira da Ladra (Feria de la Ladrona), los azulejos antiguos se venden entre 5 y 100 euros por unidad. En los anticuarios, el precio de algunas de estas piezas puede alcanzar hasta 10.000 euros.PATRICIA DE MELO MOREIRA (AFP)Dos turistas paseando por el centro de Lisboa.Muchas fachadas han perdido la belleza y quedan ahora repletas de huecos dejados por las piezas robadas para ser vendidas.PATRICIA DE MELO MOREIRA (AFP)Azulejos puestos a la venta en la "Feria da Ladrada". Lisboa, Portugal.PATRICIA DE MELO MOREIRA (AFP)