Los políticos se van de vacaciones y lo hacen cerca
El presidente del Gobierno, a Galicia y la oposición a Andalucía y Castilla y León
A mediados de julio la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, manifestó que no se iba de vacaciones porque no se le ocurría mejor sitio que estar "trabajando en la Puerta del Sol por los madrileños" y se armó el lío. Que sí, que las vacaciones "son una cosa muy buena, pero tiene que ser voluntario", argumentó. Derecho o elección, poco tiempo o a salto de mata, la mayoría de los políticos patrios tratan de coger fuerzas durante unos días y se apuntan a los beneficios de los ratos de ocio aunque sea con el teléfono colgado de la sombrilla o de las botas de trekking, que están los mares autonómicos muy revueltos.
Lo dicen los expertos: cambiar de rutina ayuda a desconectar el piloto automático y a sentirnos menos autómatas y más personas, lo que favorece poder tomar decisiones desde otro punto de vista.
No sabemos si los políticos españoles habrán tenido estas consideraciones en cuenta a la hora de decidir sus lugares de vacaciones, pero sí que no se van muy lejos por si la situación les reclama. El año pasado las cúpulas de los partidos estuvieron activas en busca de un acuerdo de Gobierno que no llegaba. Este año la cercanía del anunciado referéndum soberanista en Cataluña también los mantiene en guardia, conectados y próximos por si es necesaria su presencia, entre otras cosas porque la Mesa del Parlament tiene prevista su primera reunión después del paréntesis estival para el día 16 de agosto.
En cualquier caso, el presidente, Mariano Rajoy, no le da muchas vueltas a su destino y ha vuelto a elegir Pontevedra y los largos paseos por la Ruta da Pedra e da Agua de la localidad de Ribadumia, que discurre entre molinos rehabilitados, lavaderos y monasterios. Sansenxo y la playa de La Lanzada, con la silueta de las islas Cíes al fondo, son otros de sus destinos habituales. La misma zona elegida por la presidenta del Congreso Ana Pastor, cuyo marido, José Benito Suárez Costa —presidente de la autoridad portuaria de Marín—, es uno de los compañeros de paseo habituales de Rajoy.
Albert Rivera, líder de Ciudadanos, es un amante de las playas gaditanas. Pero, de momento, su habitual discreción para todo lo que tiene que ver con la parte privada de su vida solo se ha roto por una fotografía que colgó en su propio Instagram disfrutando de un baño en una piscina con vistas y que un comentario adjunto identificó en un hotel rural de Candeleda, en la Sierra de Gredos. Otras personas que se han cruzado con él han colgado imágenes junto al político en Extremadura, por ejemplo en Badajoz, donde se le vio el 1 de agosto comiendo en un restaurante popular. Sus colaboradores han confirmado que también ha pasado unos días en Barcelona, junto a su hija Daniela.
Respecto a Pedro Sánchez, líder del PSOE, solo se sabe que estará semiapartado del quehacer diario dos semanas y que su destino más probable será Andalucía. Carboneras, Mojácar y la cala del Sombrerico han sido lugares donde se le ha fotografiado en otras ocasiones junto a su esposa, Begoña Gómez, y sus dos hijas. Pablo Iglesias es el más serrano. Su destino suele ser el pueblo de Casavieja, en el Valle del Tiétar (Ávila). Paseos, amigos y lectura serán sus entretenimientos para unos días en los que apuesta por la tranquilidad y el contacto con la naturaleza.
La ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, pasará unos días en Marbella. Una elección que comparte con Luis de Guindos, ministro de Economía, Industria y Competitividad. Próximo geográficamente se encuentra el expresidente José María Aznar y su esposa la exalcaldesa de Madrid, Ana Botella, que repiten en el chalé que adquirieron en 2014 en la urbanización Guadalmina Baja, en San Pedro de Alcántara. Mientras el titular de Interior, Juan Ignacio Zoido, no se alejará tanto y pasará unos días en Fregenal de la Sierra (Badajoz). Los Picos de Europa ha sido el paraje elegido por Álvaro Nadal, ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital. Y las playas de Portugal, el de Soraya Saénz de Santamaría, actual ministra de la Presidencia y para las Administraciones Territoriales.
Nada ni demasiado aventurero ni demasiado exclusivo, si lo comparamos con los torsos desnudos a los que nos tiene acostumbrados el presidente ruso Vladimír Putin cuando practica natación estilo mariposa, o los 18 días que Donald Trump pasará en su lujoso club de golf de Bedminster en Nueva Jersey a pesar de haber pedido a sus compañeros republicanos que no dejen Washington hasta que tenga lista la reforma sanitaria.
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