Sophie Turner reina en el trono de la moda
La actriz de ‘Juego de tronos’ es la nueva musa de Louis Vuitton y ha conseguido su primer contrato con una firma de belleza
Tal vez Sansa Stark no llegue a sentarse nunca en el Trono de Hierro, pero la actriz que le da vida, Sophie Turner, ya está firmemente instalada en el de la moda. Nacida en Northampton, Inglaterra, hace 21 años, tenía solo 13 cuando consiguió el papel con el que ha alcanzado el estatus de estrella. Rubia natural, se tiñó de pelirroja para la audición, y su icónica melena acaba de convertirla en embajadora global de la marca de cosmética capilar Wella Professionals, su primer contrato con una firma de belleza. “Turner es la musa perfecta –rezaba el comunicado oficial de la marca–. Desafía constantemente los límites de estilo”.
La frase podría extrapolarse perfectamente de su cabello a su armario. La evolución de sus estilismos de alfombra roja ha llamado la atención de los medios de moda, y hay un claro “culpable” al que señalar: el diseñador Nicolas Ghesquière. Desde hace meses, Turner mantiene una estrecha relación con Louis Vuitton y es presencia habitual en la primera fila de los desfiles de la marca, incluido el de la colección resort 2018, celebrado en mayo en Japón. Además, la actriz ha confiado en la maison francesa y en su director creativo –a quien ha tildado de “visionario”– para eventos de alto impacto como los Globos de Oro, la ceremonia de los BAFTA o la última gala del Met, donde estuvo entre los invitados del creador junto a otras actrices de su núcleo duro como Jennifer Connelly o Léa Seydoux.
Para acabar de sellar el flechazo mutuo, Ghesquière y Turner han anunciado en sus perfiles de Instagram que la intérprete será una de las protagonistas de la campaña de otoño 2017 de Louis Vuitton; las imágenes, en las que la joven posa junto al modelo Santi Robledo, fueron disparadas por el mítico Bruce Weber.
Si su vínculo con la industria de la moda ha despertado el interés de las revistas especializadas, su relación con el cantante Joe Jonas fascina más a los tabloides; desde que comenzaron a dejarse ver juntos el pasado otoño, los paparazis han documentado cada paso de la pareja, de Nueva York a Londres, de Róterdam a Coachella. Jonas fue vocalista de la boy band Jonas Brothers, es el actual líder de la banda DNCE y entre sus exnovias se cuentan Gigi Hadid y Taylor Swift. Los once millones de seguidores que suman entre él y Turner en Instagram los sitúan en la liga de las power couples, y ya les han endosado hasta su propio acrónimo, Jophie. Ellos, sin embargo, prefieren mantener un perfil bajo y no se prodigan en declaraciones; Turner no ha ido mucho más allá de admitir que “hacía mucho tiempo que no estaba tan feliz” o de publicar una única foto de Jonas en la Red. En el número de agosto de la edición británica de Marie Claire se explayó un poco más acerca de la pérdida de intimidad que supone ser fotografiada constantemente: “Es como vivir en una pecera. Es frustrante que las cosas más mundanas se conviertan en noticia. Qué aburrimiento. ¿De verdad no hay otros titulares?”.
Tampoco parece que en el cine le vaya a faltar trabajo una vez que la serie Juego de tronos llegue a su fin en 2018. Turner, que debutó en la gran pantalla en 2013 con Mi otro yo, de la directora española Isabel Coixet, tiene pendientes de estreno Time Freak y Huntsville, y retomará el papel de la joven Jane Grey en X-Men: Dark Phoenix, prevista para 2018. Y todo esto le está pasando gracias a una serie de televisión que lleva, literalmente, grabada en la piel: Sophie y su hermana en la ficción y mejor amiga en la vida real, la actriz Maisie Williams, se hicieron tatuajes idénticos con la fecha “07.08.09” para no olvidar nunca el día que supieron que les habían dado el papel. Porque Juego de Tronos habrá sometido a Sansa a penurias inimaginables, pero a Sophie le ha abierto una puerta detrás de otra.
Construcción de marca
Aunque cuenta con una apabullante cantidad de seguidores en las redes sociales (sólo en Instagram tiene más de cinco millones de followers), Sophie Turner mantiene una relación ambivalente con estas plataformas. En The Sunday Times, la actriz admitió los problemas de inseguridad que a los 16 años comenzaron a provocarle los comentarios negativos sobre su aspecto que recibía en su perfil. "Mi equipo me dijo algo como: 'Mira… Así funciona ahora esto. Los directores de casting quieren ver cuántos seguidores tienes y te contratarán en base a eso'. Está escrito en los contratos que para promocionar los proyectos tienes que tener redes sociales". En la misma entrevista, habló del hecho de cuidar su imagen pública: "A veces tengo ganas de rebelarme y pelear por la misma libertad que tienen mis amigos. Pero otras, por mucho que odie decirlo, soy consciente de que de alguna forma estoy construyendo una marca".
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