15 fotos16 expresiones que los 'millennial' no han tenido que escuchar nuncaEsta generación no ha tenido que oír un ¿Digamelón? al llamar por teléfono ni le han preguntado ¿pero qué Pretenders? Elena Horrillo02 ago 2017 - 16:54CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceEn los 80, Burt Lancaster ya era un mito del cine que probablemente odiaría que su nombre se asociara a un dicho así simplemente por, de nuevo, una cuestión de rima. Especialmente porque Lancaster, enorme actor, productor y defensor de, entre otras causas, los derechos de los homosexuales, no pasará a la historia precisamente por cagarla en nada.GettyNunca nadie supo a cuánto equivalía el “cantidubi” como unidad de medida pero debe andar más o menos como el actual “mazo”. La expresión viene de una canción que cantaban los niños al monstruo de Sanchezstein (en la imagen), un personaje que aparecía en el programa de TVE ‘Un globo, dos globos, tres globos’. Nos hemos preguntado quién fue Contreras, si tenía que ver con el portero de fútbol (en la imagen) y de qué era exactamente de lo que no se enteraba y, al final, nos hemos quedado igual que él.GettyLos culpables de esta expresión fueron los humoristas Martes y 13 y uno de sus ‘sketch’ en el que aparecía una ama de casa cantando mientras cortaba un melón. De repente sonaba un teléfono y la jocosa señora se ponía una rodaja de fruta en la oreja y decía “¿Digamelón?”. Lo peor es que, durante años, era una respuesta habitual cuando se cogía el teléfono y entonces no existía el identificador de llamadas. Aunque Francesc Homs la usase en 2012, esta expresión hace mucho que ya no se oye. De hecho, en aquel momento, al que fuera portavoz de la Generalitat le costó convertirse en ‘trending topic’ a base de mofas en Twitter. Viene a significar una negación rotunda y se convirtió en cómic y en grupo de música. Rápido, enumera tres cosas guays que tenga Paraguay. Con esto no queremos decir que no las haya, en absoluto, más bien buscamos hacer evidente el llamativo desconocimiento de la sociedad española, pasada y presente, con respecto a Paraguay.GettySe utilizaba principalmente cuando alguien había tenido su merecido, una especie de ¡Chúpate esa!. Según el Instituto Cervantes, se usaba la expresión pastillas de goma como si se tratase del medicamento merecido para la persona a la que se la dedicamos. Para muchos, pasará a la historia como parte de una canción de 1993 de Def con dos llamada ‘Duro y a la encía’.GettyEste es otro nuevo episodio de las rimas absurdas al que puede unirse también, por aquello del componente refresco, otra mítica frase como “A la cola, Pepsicola”. Podría considerarse el equivalente pasado a la actual moda de terminar palabras con “i”, como “Holis”, “Guapis” o "Porfis”. Las generaciones futuras vendrán a juzgarnos, no lo dudéis.Tras la búsqueda de Contreras, lo de la tía Felisa ha sido aún más complicado. Finalmente hemos resuelto que en España la rima fácil es patrimonio nacional y más en lo que a ‘chistes’ y frases hechas se refiere. Porque lo cierto es que aquí la tía Felisa no hace más que rimar. Puestos a alucinar con cualquier cosa, estamos seguros de que los pepinillos estarían muy al final de nuestra lista de prioridades pero, antes de que los ‘millennial’ hicieran aparición, esta era una expresión habitual. Parece que en los 80 eran muy de encurtidos. GettySin duda, una de las rimas más elaboradas de las frases molonas de los 80 porque además exigía cierta cultura músicas, todo un 2x1. El grupo The Pretenders comenzó a triunfar a principios de la década pero las muertes de dos de sus músicos -bajista y guitarra- por problemas con las drogas frenó su éxito. GettyEl pirata en aquella época debía ser la quintaesencia del envidiado vividor, tanto que hasta Joaquín Sabina le dedicó una canción diciendo más o menos lo mismo. El pirata era el que tenía la vida más interesante, algo así como los ‘youtubers’ y los ‘influencer’ actuales, aunque esos, para hacerles una canción, tienen una rima más complicada.GettyLos vampiros tuvieron su buena época en los 80: había un helado Drácula, caramelos Drácula y el conde Draco era uno de los personajes que más molaban de Barrio Sésamo. Así que estas tres palabras se convirtieron en una despedida habitual entre los jóvenes que hay quien se resiste a dejar marchar. GettySi aún te preguntas cómo puede ser que nadie en tu oficina tenga un cargo que no lleve al menos tres palabras -normalmente muy abstractas- en inglés, te presentamos al que probablemente sea uno de los orígenes de la anglofilia. Esta palabreja en 'spanglis’ era de lo más novedosa en los 80. Hoy, gracias a Dios, solo provoca sonrojo.GettyEsta frase quizás la recuerden algunos ‘millennial’ de los que están casi en ese limbo que algunos se empeñan en llamar ‘xennial' -los que nacieron entre el 77 y el 83- ya que se hizo famosa en los 90 gracias a una imitación de Rambo que hacía Santiago Urrialde en el programa ‘Esta noche cruzamos el Mississippi’. Lo curioso es que el personaje de Silvester Stallone jamás dijo esa frase en ninguna de las películas de Rambo.Getty