YolanCris, la diseñadora de Sabadell que viste a Shakira y Beyoncé

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Yolanda Pérez se casó con un vestido que no le gustaba. Quizá por eso, cuando creó su propia firma de trajes de novia decidió que los haría como le diese la gana. Y así nació el estilo alternativo de YolanCris, bautizado a menudo como hippie, pero que sobre todo huye de la imagen de novia clásica de iglesia que, según la diseñadora, imperaba en 2005 cuando fundó la marca junto a su madre. “Hace unos años vi un filón; los vestidos eran un coñazo, y lo aproveché”, cuenta en su taller de L'Hospitalet de Llobregat que pronto trasladará a Sabadell, de donde es oriunda. Para remarcar que su producción es limitada y artesanal, enfatiza que sus vestidos de novia y fiesta “tienen nombre y apellidos”.

Con el diseño de Yolanda y la gestión a cargo de su hermana Cristina, YolanCris saltó a los medios hace una semana por haber vestido a Shakira el día de la boda del futbolista Leo Messi y Antonella Rocuzzo. Más allá de las críticas que la cantante colombiana recibió, Pérez afirma que fue una gran noticia para la proyección de su firma. La cantante ya había lucido el mismo modelo para un reportaje de Vanity Fair Italia y su estilista lo tenía entre las opciones varios días antes de la boda en Rosario. “Le gustó porque pesaba poco y se sentía muy cómoda”, apunta la diseñadora, que cree que el vestido “va mucho con su estilo” y es una prenda “que se sale del contexto de siempre. Tul, plumeti y encaje negro es un recurso de toda la vida”, zanja respondiendo a las acusaciones que hablaban de copia.

“Todo lo que es publicidad y comunicación tienen mucho peso”, reconoce la modista, que ya vistió anteriormente a parte del clan Kardashian, incluida la modelo Kendall Jenner, para la boda de Kanye West y Kim Kardashian en 2014. Además, Beyoncé lució uno de sus trajes de novia en la última edición de los premios MTV Video Music Awards y Lady Gaga sorprendió con un YolanCris de encaje y rosas rojas en el desfile de Victoria's Secret en el Grand Palais de París el pasado mes de noviembre.

Vestir a estas celebrities, que son codiciadas prescriptoras, “ayuda a que clientes nuevos muy bien situados se interesen más", explica, aunque a la vez apunta que "en cuanto a ventas no repercute tanto”. “Siempre vamos con la lengua fuera en el taller”, argumenta. Los trajes son cada vez más elaborados y hacen dos colecciones de novia y dos de fiesta al año. Inevitablemente deben limitar el volumen de trabajo al que se pueden comprometer.

Creció entre alfileres en la tienda de vestidos de novia que abrió su madre en los ochenta en Sabadell, y sigue rodeada de ellos para crear vestidos que cuestan alrededor de 4.000 euros. “No queremos la gloria para nosotras, queremos reconocimiento en el trabajo”, dice algo dolida por la escasa repercusión de sus logros en España. “¿Qué diseñador español ha vestido a gente tan importante?”, se pregunta. “Desde la época de Balenciaga, que vestía a actrices de Hollywood, o de Pertegaz, yo no recuerdo a nadie”.

La buena marcha de esta firma se está cociendo en el extranjero. Italia y Reino Unido reúnen las bodas y fiestas donde más se lucen sus atrevidos diseños. Tules bordados, el efecto tridimensional del guipur y el crochet son sus materiales preferidos porque a Pérez le parece que “un vestido liso puede hacerlo cualquiera”.

Estados Unidos, Japón y Brasil, Emiratos Árabes, Singapur o Panamá son otros países en los que triunfan los diseños de esta firma que desfila cada año en la Barcelona Bridal Week y en la semana de la moda nupcial de Nueva York, y que presenta sus colecciones de fiesta en París. En total 2.500 vestidos al año que viajan mayoritariamente fuera de España.

“En su día me funcionó hacer lo que me daba la gana, y lo voy a volver a hacer”, afirma para avanzar que quiere dar aires nuevos a su firma porque ya está cansada de la etiqueta hippie y su estilo ya lo hacen demasiadas firmas. A lo mejor sus diseñadores de referencia, Pierpaolo Piccioli y Maria Grazia Chiuri (exdúo de Valentino y hoy ella al frente de Dior), volverán a inspirar a su creativa admiradora.