_
_
_
_
CLAVES
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Zombis

La ventaja de Internet, la descentralización, es también una debilidad frente a los virus

Víctor Lapuente
Un hombre escribiendo en su ordenador.
Un hombre escribiendo en su ordenador.KACPER PEMPER / REUTERS

EE UU, 1962. Los ciudadanos viven atemorizados ante una guerra atómica que parece inminente. Y el Gobierno se pregunta cómo recomponer la sociedad el día después de un eventual holocausto nuclear. Los sistemas de integración estándar —el teléfono y la red básica de control militar— quedarían inutilizados. Los supervivientes a un ataque nuclear permanecerían aislados en pequeños grupos, como los protagonistas de The Walking Dead, aunque sin zombis.

Paul Baran, un ingeniero de la Corporación RAND que asesora al Pentágono, ofrece una respuesta innovadora: una red descentralizada que permita las comunicaciones entre distintos puntos sin que tengan que pasar por un centro siempre vulnerable a los ataques enemigos. La información sería troceada y transmitida a través de enlaces redundantes. Baran se convirtió así en uno de los padres de Internet, que, como otros grandes inventos, no nació para cumplir un sueño, sino para evitar una pesadilla.

El origen de Internet nos ayuda a entender las amenazas que ahora viajan a toda velocidad por sus venas. Su ventaja, la descentralización, es una debilidad frente a virus como Wannacry y Petya. La seguridad, que no era una prioridad para los fundadores de la Red, es la obsesión de sus sucesores. El Internet de las Cosas permitirá que casi todo, del coche al frigorífico, pueda transformarse en un zombi al servicio de hackers.

Con todo el dinero del planeta circulando por la Red, los delincuentes tienen todos los incentivos del mundo para encontrar agujeros en las comunicaciones entre particulares y empresas. Y éstas, sometidas a una fuerte competitividad, sacrifican la prudencia en aras del crecimiento.

Frente a ese cortoplacismo social, nuestras miradas se dirigen a los Gobiernos. Pero no olvidemos su largo historial de miopía. Por ejemplo, agentes americanos vetaron, alegando motivos de defensa nacional, los sistemas de encriptación que hubieran hecho Internet más segura desde un principio.

Gracias a Internet, ya no tenemos miedo a vivir incomunicados, como en The Walking Dead. Pero a cambio de estar permanentemente rodeados de potenciales zombis. @VictorLapuente

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_