¿Qué se le pasa por la cabeza a los que odian a los millennials?
Algunos argumentos habituales que utilizan los detractores de las nuevas generaciones...
Hoy vamos a convertirnos en los paladines de la relación intergeneracional. En este planeta, para no escuchar la palabra millennial varias veces al día, necesitamos estar recluidos en un monasterio cartujo o en una cápsula de privación sensorial. La obsesión con los nuevos jóvenes, insolentes e impredecibles, se ha convertido en objeto de airadas discusiones culturales y en el paradigma absoluto de la nueva economía. Las poblaciones anteriores, en un intento por no perder el trono, se afanan en estereotipar y ridiculizar a los millennials y, de paso, intentar sacar tajada.
1. Ponle nombre a tu ignorancia y véndela
"Vamos a ofrecer a su marca una campaña transmedia para generar conversiones, dirigida al segmento millennial, con un budget SEM diversificado por redes, y un retorno medible que cree leads de valor". Esta frase podría resumir 5 años de estafa de marketing digital y viene a decir "páganos un pastón para hacer otra acción insulsa que no va a tener la mínima repercusión, para una población que no conocemos, y pondremos a unos monos haciendo clic para justificarlo". La palabra millennial es una gloriosa invención que repiten hasta la saciedad los charlatanes ignorantes de escuelas de negocios y de cursos social media para intentar rentabilizar lo que no saben.
2. Todos equivocados
Un par de búsquedas rápidas en Google nos enseñan la gran mentira de la segmentación. ¿Los millennials son los nacidos de 1980 a 2003? ¿Un poco más tarde? ¿Los mismos que la generación Y? ¿Los que van después de la generación X? El problema de los estereotipos es que no solo hay que crearlos, sino defenderlos. Ni los segmentos de población son los mismos aquí que en EE UU, ni la palabra de un sociólogo en LinkedIn es sagrada. Los millennials son los jóvenes de ahora, con sus hábitos y su personalidad. La gran diferencia es que ya no compran tus mentiras como los jóvenes de antes y, claro, tu chiringuito se tambalea.
3. ¿Egoístas y malcriados?
Según las generaciones anteriores, el millennial es ese ser caprichoso, inculto y mimado que pone en duda la autoridad, no se compromete y quiere ganar mucho dinero sin trabajar. No es fiel a las marcas, tiene un laxo concepto de la propiedad y vive con sus padres. La realidad es que tiene menor poder adquisitivo, está mucho mejor preparado, su cultura es mayor y, aunque puede ser más egocéntrico, es más consciente de los problemas globales. La generación X somos corresponsables de una crisis sin precedentes, desmontamos el estado de bienestar, destrozamos el acceso a la vivienda con especulaciones imposibles y nos creemos el Capitán Planeta por reciclar el envase de un yogur. El infierno son los demás.
4. Adicción a las tecnologías
"Todo el día enganchados al móvil y a las pantallitas". Los millennials son la primera generación que ha crecido en un entorno online. Son prácticamente nativos digitales y esa expresión escuece como azufre en carne viva a los nostálgicos del sacrificio offline. Mientras nosotros envejecemos en la nostalgia y escribimos "nivel medio de Excel" en nuestro curriculum, ellos empiezan a dominar el sistema con mentalidad multitarea, nuevos atajos y formas de comunicación. Nada puede impedirlo.
5. Dejadles en paz
En lugar de criticarlos y buscar El Dorado del nuevo marketing con una venda en los ojos, aprendamos de ellos y hagamos sitio para que la transición sea bonita. Ahora les toca a los millennials. Afortunadamente, desde el principio de la humanidad, cada nueva generación es mucho más lista y está mejor preparada que la anterior.
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