Un vestido de novia de 800.000 euros para la heredera de Swarovski

Su famoso apellido ya hacía intuir que el vestido de novia de Victoria Swarovski tendría más brillos de lo establecido como normal. No era un secreto que iba a lucir los brillantes cristales de la firma de su familia en su traje, pero sí que llevaría más de 500.000 cosidos en su espectacular y voluminoso vestido de novia.

Victoria Swarovski, de 23 años, es una de las herederas de la compañía familiar de joyas, accesorios y que incluso tiene su propia productora de televisión, y se casó el 16 de junio con el inversor inmobiliario Werner Mürz, 17 años mayor que ella, en la catedral de San Giusto, en Trieste (Italia). Para la boda, la joven cantante y jurado del programa Got Talent Alemania y ganadora del ¡Mira quién baila! de la televisión alemana el año pasado, lució un diseño del filipino Michael Cinco (que ha vestido a estrellas como Beyoncé, Jennifer Lopez, Rihanna y Lady Gaga).

Los 500.000 cristales hicieron que el resplandeciente traje, hecho con tul, encaje y con transparencias, alcanzara un peso de 46 kilos y un valor de 795.000 euros. Siguiendo con la ostentación, el vestido de novia tenía una cola de ocho metros de longitud. Un traje en el que ella estuvo implicada en el diseño. Eso sí, para el convite posterior se puso un segundo vestido más sencillo aunque decorado también, obviamente, con cristales.

Los 250 invitados a la ceremonia seguro que también vislumbraron las iniciales de la pareja grabadas en las suelas de los zapatos Jimmy Choo escogidos por la novia. Victoria Swarovski, hija de Alexandra y Paul Swarovski, ha sido la encargada de revelar algunos de los momentos de la extravagante ceremonia en su cuenta de Instagram, en la que tiene 160.000 seguidores y donde además está mostrando algunas imágenes de su luna de miel por la costa francesa.

La pareja también se ha convertido en la protagonista de un reportaje en la revista alemana Bunte, donde protagonizan la portada. Una celebración por todo lo alto que se alargó tres días en total. Empezó el jueves 15 con una cena de gala —en la que la novia vistió un vestido rojo del mismo diseñador también con cristales incrustados— en el Falisia Resort & Spa. Un evento en el que a los invitados se les exigía dress code: vestido rojo para ellas y blanco para ellos. Al día siguiente fue la ceremonia y, el sábado, los novios, que se conocieron en 2010, y los invitados disfrutaron de un brunch antes de dar por finalizada la boda.