Elena de Borbón y Luis Astolfi, del noviazgo a la amistad
La infanta y el jinete mantuvieron una relación hace años y ahora divorciados comparten su afición por la hípica
Elena de Borbón no ha sido una mujer de muchas relaciones sentimentales, al menos que hayan transcendido. La Infanta ha sido muy discreta con su vida personal en especial tras separarse de Jaime de Marichalar. Pero antes de casarse mantuvo un noviazgo con el jinete Luis Astolfi que duró un par de años. Nunca llegó a hacerse oficial pero su círculo de amigos sabía que estaban enamorados. Era habitual verles juntos en los concuros hípicos y fuera de ellos en fiestas privadas.
El noviazgo se rompió porque Astolfi se vio abrumado por la presión mediática. Ser miembro de la familia real en esos momentos no entraba en sus planes. La hija mayor de don Juan Carlos y doña Sofía se quedó muy afectada por la ruptura que se produjo en París, donde ella estudiaba en esos momentos. Poco después llegaba a su vida Jaime de Maricharlar.
La pareja rompió pero no por ello dejó de verse. Se encontraban en los concursos y tenían muchos amigos en común. Luis Astolfi se casó como lo hizo la infanta. Ahora los dos están divorciados y siguen siendo amigos en una relación que su nueva situación permiten que hayan retomado con más fuerza. La diferencia es que ahora ya no se esconden de los fotógrafos como hace años. Este fin de semana han sido fotografiados en Estepona participando en una prueba hípica, con ellos se encontraba Victoria, la hija mayor de la infanta que ha heredado su pasión por los caballos.
Elena ha concedido muy pocas entrevistas. La última, el pasado mes de diciembre, al cumplir los 50. En ella se definió así: “Soy espontánea, valoro mucho la familia y los amigos, procuro vivir con intensidad lo que hago. Tengo sentido del humor y lo valoro en los demás”. Es la más Borbón de los tres hijos de los Reyes eméritos, la que más se parece a su padre, por quien siente adoración. Comparten afición por la buena mesa, los toros, la caza y los chistes. Esa cercanía le ha permitido actuar de mediadora en favor de su hermana en los momentos de más tensión familiar. También lo ha hecho entre sus hermanos. Elena adora a Felipe —famosas son sus lágrimas de emoción el día en que el entonces Príncipe fue abanderado en los Juegos Olímpicos de Barcelona—, pero está muy unida a Cristina desde su separación. De doña Sofía ha heredado la disciplina. “He tenido la suerte de tener como madre a una Señora, con mayúsculas”, ha dicho.
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