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Una bloguera afgana, nueva imagen de Dolce&Gabbana

Con un millon de seguidores en Instagram, Ruba Zai es la última ‘millennial’ elegida por la firma italiana para mostrar su línea de ‘hiyab’ y ‘abayas’

Ruba Zai, durante la sesión de fotos de en Marrakech.
Ruba Zai, durante la sesión de fotos de en Marrakech.instagram
Isabel Ferrer
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Ruba Zai, una bloguera de 23 años, de origen afgano y nacida en Róterdam, es el nuevo rostro de Dolce&Gabbana. La firma italiana sigue así con su estrategia de contratación de jóvenes millennials exitosos en las redes, y suma a su particular cantera de modelos a la holandesa para mostrar su nueva línea de hiyab (velo islámico que cubre cabeza y cuello) y abayas (túnica hasta los pies), confeccionadas en telas exquisitas y llamativos estampados. El escenario de la nueva campaña publicitaria, que coincide con el Ramadán, es Marrakech, una de las ciudades más turísticas de Marruecos.

Con esta publicidad, Ruba se hará famosa, pero ella ya tenía más de un millón de seguidores en su cuenta de Instagram, donde enseña cómo cubrirse la cabeza. En Europa del este, Estados Unidos y Oriente Medio, la joven arrasa con un lema tan provocativo como sencillo: “Este velo forma parte del paisaje urbano. Es hora de convertirlo en algo corriente. Con Dolce&Gabbana se demuestra que también encaja en una firma de lujo”, dice.

Hace tres años, la bloguera llegó a la última ronda del concurso Miss Mundo Musulmana, celebrado en Indonesia. El día de la final tenía exámenes y no pudo ir, pero desde entonces su popularidad la ha animado a dar consejos de moda y belleza: presenta maquillajes, gafas de sol, zapatos de tacón, casacas y ropajes largos. Ella lleva tanto falda larga como pantalones de última moda. Cuando enseña camisetas cortas que dejan ver la piel y la cintura, aconseja ponerse debajo ropa interior de color carne. “Así puedo demostrar que una musulmana no es una pobre mujer vestida de negro”, explica en sus seguidos vídeos. De hecho, el encuentro con los modistos italianos tuvo lugar gracias a Internet. Tenía varios me gusta de Stefano Gabbana en su cuenta de Instagram, y un día le preguntaron si quería encabezar la campaña de su colección pensada para mujeres musulmanas. Primero dudó de si la propuesta era auténtica. A comprobarlo, le pareció “un honor”.

Ella misma eligió Marrakech por la luz y la fotogenia de la ciudad, y allí porta la abaya Hortensia, con la flor homónima en rosa y verde sobre fondo negro y velo a juego. También la abaya Leo, con estampado animal y bordados en blanco, acompañada de gafas de la misma marca. O bien otra túnica de pañuelo, que repite las flores, amarillas y azules de la cabeza en el resto de cuerpo. Ruba asegura que lleva velo —la única de su familia— por motivos religiosos y de identidad, pero sin imposiciones. Es más, su padre no quería que se lo pusiera y tuvo que pelear para conseguirlo. Sus mezclas de colores y tejidos y la actitud festiva con que presenta sus creaciones no difieren del resto de blogueras de su generación. Eso sí, ella nunca deja su cabello al descubierto.

No es la primera vez que D&G lanza una línea de ropa de estas características. En enero de 2016 se estrenó con una colección de abayas y hiyab en “satén y georgette [crepé, así llamada en recuerdo de la modista francesa Georgette de la Plante]". La casa italiana presentó unos modelos con transparencias, que en algunos países es más que probable que precisaran ajustes fuera de la pasarela. Una minucia, si se tiene en cuenta que la mujer musulmana está previsto que gaste cerca de 445.000 millones de euros en moda y zapatos hasta 2019, según cálculos de la empresa de información Thomson Reuters. “En el islam es importante presentarse bien arreglada, y soy un modelo para la gente que no sabe cómo es una musulmana”, asegura Ruba Zai.

"Moda, elegancia y modestia"

Ruba Zai estudió Ciencias de la Comunicación. “Como todos los afganos, mi familia está repartida por el mundo, y me gusta hablar en inglés en mis blogs porque así llegó a mucha más gente fuera de Holanda”, dice. Ha presentado en Internet a su marido, Jalil, licenciado en Derecho Internacional Europeo, y ambos explican que se conocieron en la escuela secundaria: “No somos parientes ni tampoco fue una boda arreglada; fue por amor”. Para la campaña de Dolce&Gabbana, ella comenta con humor que por altura, “solo mido 1,57”, no puede compararse con las modelos al uso. Con su blog intenta “llegar a las chicas musulmanas que quieren combinar moda, elegancia y modestia”.

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