Cristiano
Según el canon imperante en el fútbol de hoy, ese que cifra la calidad y el embrujo en goles y gritos, Ronaldo es un enorme futbolista. A mí no me gusta un pelo
Cuando, consumada la masacre merengue contra la Juventus, la chica de Antena 3 pidió a Cristiano Ronaldo que emitiera su grito de guerra y él accedió encantado, me hice una pregunta: este hombre, si el Madrid hubiera perdido, ¿también habría salido a hacer de Johnny Weissmüller?
CR7 lo está ganando todo. Eurocopa, Liga, Champions y —salvo hecatombe— Balón de Oro (galardón desprestigiado desde el momento en que no se lo dieron a dos señores llamados Xavi Hernández y Andrés Iniesta, pero vaya, que Borges y Kafka tampoco ganaron el Nobel).
Según el canon imperante en el fútbol de hoy, ese que cifra la calidad y el embrujo en goles y gritos, Ronaldo es un enorme futbolista. A mí no me gusta un pelo. Debo de ser un ornitorrinco. Eso sí, disto mucho de ser el único. Hay dos o tres más por ahí que también creen que el fútbol es estilo. Qué impopular y qué inoportuno debe de resultar escribir esto justo ahora. No es antimadridismo: ahí tienen a Zidane, que a nada que me descuide me hace dudar de mi heterosexualidad. O a Modric, que me resulta conmovedor como futbolista.
Enorme Cristiano, cuestión de cantidad. También Paulo Coelho vende muchos libros. Y Trump tiene muchos votos. Y Belén Esteban muchos seguidores. Enorme futbolista. No pasa nada si a veces la cámara le pilla una mueca de fastidio cuando el Madrid mete gol y no ha sido suyo. O si cuando falla una falta le echa la culpa al césped. O si dijo aquello de “me silban porque soy guapo, rico y bueno”. No sé, puestos a frases para la historia del fútbol me quedo con aquella de George Best: “Gasté mi fortuna en mujeres, alcohol y coches. El resto lo desperdicié”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.