_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

¿Derechas e izquierdas?

La vieja dicotomía ideológica es insuficiente para la complejidad del mundo actual

Francesc de Carreras
Partidarios de Mélenchon.
Partidarios de Mélenchon.CHRISTOPHE PETIT TESSON (EFE)

A quien afirma que ya no hay grandes diferencias políticas entre derechas e izquierdas se le replica que es claramente de derechas. Esta es una verdad oficial sostenida por ese tipo de izquierda que se dota de una superioridad moral que considera indiscutible.

Sin embargo, tengo dudas que eso todavía sea así. Cada vez estoy más convencido que la simple dicotomía derechas/izquierdas no permite comprender la realidad política actual, mucho más compleja y poliédrica, por lo menos en las sociedades desarrolladas, económica, social y políticamente, de Europa y Norteamérica.

Distanciémonos un poco y no pongamos el ejemplo de España para evitar prejuicios, pongamos el ejemplo de Francia, de las elecciones actuales, a unos pocos días de la segunda vuelta.

Los dos candidatos que compiten en la final, Le Pen y Macron, ¿son representantes claros y nítidos de las derechas y las izquierdas tradicionales, tal como las hemos entendido hasta hace poco? ¿Quizás ninguno de los dos representa a la derecha y a la izquierda de perfiles clásicos? ¿Cómo se explica que el candidato Macron, supuestamente más a la izquierda que Le Pen, recibe en segunda vuelta el apoyo de Fillon (derecha clásica) y Hamon (izquierda clásica), y la candidata supuestamente más a la derecha, Le Pen, es rechazada por Mélenchon, en la terminología tradicional de extrema izquierda, pero en la misma medida que también rechaza a Macron?

Las contradicciones, al menos aparentes, son excesivas para seguir considerando que derechas e izquierdas definen las realidades políticas de hoy. Si observamos otros países, entre ellos el nuestro, llegaríamos a conclusiones parecidas.

Sin pretender agotar la materia, que da para mucho más que este breve apunte, creo que algo podríamos aclararnos si utilizamos como instrumentos de análisis otras dicotomías, entre ellas, sin querer agotarlas, cosmopolitismo/antiglobalización, librecambismo/proteccionismo, europeísmo/nacionalismo, integración/antiinmigración, democracia representativa/democracia directa.

En autores ya clásicos del siglo XX, por ejemplo Norberto Bobbio, la clave de la distinción entre derechas e izquierdas está en que, aceptando ambas tendencias tradicionales los grandes valores ilustrados de libertad e igualdad, las derechas ponen un mayor acento en la libertad y las izquierdas en la igualdad. Para mí, en particular, este criterio me sigue pareciendo válido. Pero hay una cierta izquierda, por lo menos ella se autodenomina así, incluso como única izquierda o izquierda real, que se declara antiglobalizadora, proteccionista, antieuropea y partidaria de la democracia directa. Asimismo, hay una derecha, a la que se denomina extrema derecha, que también es, igual que la anterior, antiglobalizadora, proteccionista, antieuropea y partidaria de la democracia directa. ¿Cómo se explica esto?

Quizás debamos abandonar los antiguos complejos y esforzarnos en pensar. Derechas e izquierdas todavía sirven, pero son insuficientes para entender la complejidad del mundo actual.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_