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ICON PARA LA SIESTA

Tradicional es un gran concepto

Las alpargatas demuestran que en ocasiones la dicotomía entre moderno y tradicional carece de sentido. Hoy son simplemente una evolución de la esencia

Según la RAE, tradicional es “lo que sigue las ideas, normas o costumbres del pasado”. En esencia, se trataría de hacer las cosas como se hacían antes, de la misma manera en las que las llevaban a cabo nuestros padres, abuelos o bisabuelos. Pero en ese empeño tan humano de avanzar, de ser mejores que las generaciones pasadas, se ha denostado lo tradicional como si en la batalla contra lo moderno, la balanza se inclinase siempre hacia lo renovado, simplemente creyendo que al ser nuevo es mejor. Llega la hora de asumir que la dicotomía no es tal y reivindicar que lo tradicional puede ser de lo más fresco. Un ejemplo son las espadriles de La Siesta que fusionan la tradición y la sofisticación mediterránea usando materiales naturales, que garantizan su comodidad y resistencia, con un estilo joven. Se mantiene la esencia de la espardeña tradicional, conservando la bandeleta de yute natural con materias primas como la piel y el algodón. Pero a eso se le añaden materiales frescos italianos que le dan sofisticación y una suela vulcanizada que lo hace más moderno y resistente. Una alpargata fabricada en España con hondas raíces en el Levante.

 La reinvención también es tradicional

En cuanto llegan los primeros rayos de sol de la primavera, las terrazas se desperezan en las aceras y apenas nadie se resiste a una de las costumbres más tradicionales que podemos contar. El aperitivo, con mesas repletas amigos de siempre, se llena de vermús, de grifo, reclamando lo clásico con un toque de modernidad. Para acompañar, esos pequeños universos gastronómicos en los que se han convertido actualmente las tapas de toda la vida. Y en los pies, espadrilles de La Siesta reclamando comodidad y frescura y dejando claro que se puede ser sofisticado sin perder ni un ápice de nuestra esencia.

 La importancia de lo natural

Productos frescos, naturales, ecológicos. No se trata solo de una tendencia en la nutrición y en la gastronomía. La importancia de lo natural es simplemente el reclamo por parte del consumidor de una calidad que en muchos casos se ha extinguido. Ya en la cocina, lo tradicional se ha convertido en un sinónimo de una elaboración dedicada, cuidadosa y exigente. Lo mismo pasa en otros terrenos como la moda. Los tejidos naturales y las confecciones tradicionales aparecen como un símil de productos duraderos, responsables y con un plus que no puede encontrarse en otras prendas.

 De vuelta al pueblo

Los guisos de la abuela, el ganchillo, la huerta, las espadrilles de La Siesta e incluso la vuelta definitiva a las pequeñas poblaciones en las que nacieron y comenzaron a germinar nuestras raíces. Son cosas originales de los pueblos y hoy en día una pujante tendencia. Como ensueño incluso de una vida más reposada, de mayor calidad, mejor. La vuelta a lo tradicional ya no es una locura, ahora es casi síntoma de cordura.

Las vacaciones, en casa

No importa que estés en Madrid, con un calor que te colapsa los pulmones y a más de 300 kilómetros de la playa más cercana. En el momento en el que te llevas a la boca ese helado tradicional, el sabor te catapulta directamente a las vacaciones, las de siempre, en ese lugar que te ha visto crecer de verano en verano. Allí donde has ido dejando las huellas de tus espadrilles de La Siesta en cada uno de los adoquines. El único lugar en el que te pones ese vestido que, el resto del año, miras con nostalgia cada vez que abres el armario porque vestirlo es sencillamente estar de vacaciones. Y no, no en un aséptico complejo hotelero, es estar de vacaciones en casa.

Recuperando el origen

Hay prendas que exigen mantener las tradiciones porque no admiten imitaciones industriales. No se trata solo del cariño. Ningún proceso industrial podrá repetir esa manta que siempre da el calor exacto, ni un ápice más ni menos, o a ese jersey de lana que a pesar de la cantidad de usos, de los años y de los tirones, aún conserva la forma como si su tejido hubiera crecido contigo, sabido adaptarse perfectamente a tu silueta, o a las espadrilles de La Siesta. Porque al ponértelas, tienes la certeza de que lo tradicional puede ser lo mejor.

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