Le Pen-Mélenchon
La derecha siempre lo tiene claro: vota para que no gane la izquierda
Tras la victoria de Macron en la primera vuelta de las presidenciales francesas, se reaviva la polémica sobre las similitudes entre Le Pen y Mélenchon.
Un póster que circula por las redes sociales, y cuya autoría el Frente Nacional niega, establece una lista de 14 puntos comunes entre ambos candidatos (desde salir de la OTAN a la jornada de 35 horas pasando por la bajada de impuestos a las clases populares) y concluye pidiendo el voto para los “insumisos” de Mélenchon.
Cierto que el documento exagera, simplifica y omite a partes iguales para poder construir un mensaje a su medida, pero lo sorprendente es que algunos cuadros del FN han validado esa apelación a los votantes de Mélenchon a votar contra Macron. Steeve Briois, eurodiputado del FN, ha confirmado que Marine Le Pen se dirigirá en la segunda vuelta a todos los franceses, “incluyendo a los votantes de Mélenchon”. Justificando esta petición, un vicepresidente del FN, Louis Aliot, ha argumentado que Mélenchon ha desbordado su electorado original (de izquierdas) y atraído a “huérfanos” que no quieren votar por otros. Y Florian Philippot, también vicepresidente del FN, se ha mostrado convencido de que los votantes de Mélenchon en modo alguno pueden votar por alguien como Macron, a quien califica de “ultraliberal” amante de la desregulación.
Pero quien mejor ha resumido la razón por la que, en su opinión, los votantes de Mélenchon deberían optar por Le Pen es Nicolas Bay, secretario general del FN. No hay que votar, ha dicho, en una dimensión derecha-izquierda sino en una dimensión “patriotas contra globalizadores”, “defensores del sistema contra renovadores”, “creyentes en Francia contra europeístas” o “defensores de Merkel contra insumisos”. Esa es la clave de las similitudes (en un eje) y las diferencias (en otro).
Se entiende así que Miguel Urban, de Podemos, haya hablado de elegir entre “abstenerse” o “taparse la nariz”. Algo muy parecido a lo que vivieron los votantes de Sanders: muchos se abstuvieron por el asco que les producía Hillary Clinton. Y así, por muy pocos votos, ganó Trump. La derecha siempre lo tiene claro: vota para que no gane la izquierda. La izquierda se enreda y acaba marcando en propia meta. @jitorreblanca
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